No es la primera vez que nos llegan noticias accidentadas del regreso del doctor Frade al fonendoscopio. Ya hace algunos meses, un conocido comerciante de la zona Puerto nos escribió una sentida carta quejándose del mal carácter del galeno, que se negó a recetarle un antiinflamatorio porque el contribuyente -harto de esperar por el servicio público- decidió operarse del menisco en la red sanitaria privada. El paisano se cabreó y ante el cabreo, Frade le recomendó que presentara una reclamación si no se sentía satisfecho. Cuando el comerciante fue a ejercer ese derecho, le comentaron en el centro de salud que desde su regreso, el doctor Frade había manifestado algunos síntomas de inadaptación que -la verdad- creíamos superados. Pero no, como verán.