Decía este lunes Cobo a May del Rosario que, si llegara a ser apartado de una demanda concreta, o de todo el proceso concursal de la UD Las Palmas, nada pasaría. La confianza en la Justicia es ciega por parte de un magistrado que asegura que “si se diera ese caso, vendría cualquier otro juez de Las Palmas y actuaría acorde a la Ley”. Es de Justicia. Como también lo era que, al no tener competencias para juzgar directamente presuntos delitos como los que se recogían en el famoso borrador de demanda [ver aquí] de la Concursal contra 52 consejeros de la UD, el magistrado no hiciera lo que otros pensaban: mirar para otro lado y dejarlo morir en el cajón del olvido. Hizo lo que tenía que hacer y dio traslado a la Fiscalía Anticorrupción para que iniciara su propia investigación. Por cierto, investigación ante la cual los ex consejeros de la UD dicen tener la conciencia tranquila. Tanto, que algún que otro ex directivo amarillo de alto rango ha llegado a confesar a este diario que, en lo único que pudiera poner pegas la Fiscalía es en la famosa venta de jugadores a Magnificat Trading Corporation. Eso sí, chocarían de nuevo dos normativas: la que considerara la Fiscalía de martingala contable para evitar la disolución de una empresa, y la del reglamento de la FIFA que autoriza a los clubes a vender jugadores a empresas. El fútbol y su selva, vamos.