Pero si hay que buscar un triunfador en este congreso, descartado que lo hayan sido Rivero o sus fraternales oponentes, ese ha sido Fernando Bañolas. O al menos la en apariencia debilitada organización en Gran Canaria que el ex alcalde de Guía preside. Vencieron sus tesis de la reforma de la estructura de mando del partido, con la implantación de la figura de la secretaría general, depositada en manos de José Miguel Barragán, justo la opción defendida por Bañolas y los suyos. Y venció su opción del tándem Rivero/Barragán, para el que fueron decisivos los 230 votos grancanarios. Los gestos para con Gran Canaria que tanta enemistad han granjeado a Paulino Rivero en ciertos sectores de la prensa tinerfeña y dentro de la mismísima ATI han conseguido recuperar en parte la maltrecha situación de CC en la isla (eso lo van a tener que volver a hablar con Román Rodríguez), no hasta el punto de colocarla en una posición electoral privilegiada, pero sí al menos para pintar algo en la nueva ejecutiva. Un hombre de futuro, el que puede considerarse homólogo en Gran Canaria de Fernando Clavijo, se ha colocado en el staff a la altura de una vicesecretaría general, la de Coordinación y Estrategia. Se trata del teldense Pablo Rodríguez, que paso a paso se va haciendo un hueco en ese nuevo ciclo que ahora parece abrirse en ese partido.