El presidente de la Cámara no autorizó el debate, no permitió que se abriera la caja de pandora de las razones que llevaron a conejeros y gomeros a bloquear la votación de la pantomima eólica. Ignora seguramente el portavoz del PP que de vez en cuando en el Parlamento, mayormente en grupos parlamentarios distintos al suyo, puede producirse un rapto de honestidad que lleve a a ejercer el derecho que le asiste a evitar que el Parlamento se convierta en una vergüenza, como se convirtió este miércoles gracias al hediondo (dicho en fino, por hedor y con perdón) pacto entre CC y PP.