No será un juicio cualquiera el que se celebre este martes en el Juzgado de Instrucción número 4 de Santa Cruz de Tenerife. Y nada deberían tener que ver los nombres de los denunciantes y de los denunciados. Lo que se va a ver en ese juicio es algo de mucho más calado, algo que tiene que ver con derechos fundamentales y con esa dichosa manía de políticos, empresarios y periodistas de mezclar las cosas de modo absolutamente nocivo. El juicio -no les entretenemos más- es el que se verá por la demanda presentada por el periodista Ramón Pérez Almodóvar por vulneración de derechos fundamentales (dignidad personal, igualdad, integridad moral, libertad ideológica, honor y la propia imagen y libertad de expresión y comunicación), contra la Agencia Canaria de Noticias (ACN), que le apartó de su cargo de redactor jefe en Tenerife después de publicar las andanzas de Manuel Hermoso y sus mariachis en el periódico digital Atlanticocanarias.com. Lo de menos, insistimos, es quien demanda y quién es demandado, lo que está en el fondo, y sobre todo, detrás, es lo que realmente debe ser analizado y expuesto al común para su consideración.