Uno de los asuntos más problemáticos de la zona turística es la ausencia de amarres en los puertos deportivos. Ni a precios desorbitados puede conseguirse un atraque. Según los técnicos, hoy por hoy sólo es posible recuperar los tres o cuatro mil millones, que han de invertirse para la construcción de un puerto de 400 o 500 atraques. El rechazo ecologista y el alto precio que ha de pagarse para disponer de la escollera provocarán con toda probabilidad que el próximo puerto tenga apoyos públicos. Dónde estará ubicado es de momento un absoluto secreto, pero no lo es que la iniciativa privada nunca ha invertido ni invertirá simplemente para recuperar el dinero. En Lanzarote se ha terminado el Puerto del Berrugo, pero con una cantidad de metros comerciales adyacentes que Medio Ambiente autorizó y garantizan ingresos añadidos. Obsequiosidad ésta del ministerio que tiene caliente a un empresario que adora jugar fuerte, pero no que se la jueguen al hotel que tiene en la zona y que ha pasado de primera a segunda línea por mor de la verruga comercial.