Los periodistas, por lo demás, cumplimos con nuestra obligación de informar, y lo que ha ocurrido desde el principio con esta historia es que hemos informado de todo lo que hemos conocido. No ha habido (salvados los excesos de algunos) ni una sola información falsa que supusiera atribuir a nadie lo que otros no atribuyeran. Sí ha habido, por el contrario, cierta doble moral a la hora de clasificar lo que es noticia de lo que es filtración. Porque no hemos escuchado a ninguno de los agraviados ni a ningún amigo de los agraviados quejarse de las filtraciones que apuntaban a que el TSJC, por concurso del fiscal, iba a archivar las diligencias. Y fueron dos filtraciones como dos soles. La una detrás de la otra.