Y ya que andamos metidos en la festividad del Pino, cabría lanzar un recordatorio a navegantes y autoridades competentes, más que nada aprovechando que Zapatero pasó cerca de la villa mariana, y su alcalde, Juan de Dios Ramos, profesa socialismo. Zapatero se preocupó de la facilidad con que arden los bosques, lo que nos lleva a sugerir humildemente que se cumpla la ley en las fiestas populares de nuestra geografía y se abstenga el personal de la quema de voladores y otros fuegos que revisten peligro de incendio forestal. Lo más pedagógico (y la idea no es nuestra sino de un preocupado lector) es que el dinero de los castillos de fuegos artificiales se donen a los servicios contraincendios, para que compren una cuba o paguen el alquiler del helicóptero del Cabildo.