Suponemos que no será culpa de la prensa que la salvación de la UD Las Palmas estuviera pendiente de un hilo hasta el último día y hasta el último minuto por consideraciones empresariales y políticas. A la prensa sólo le corresponde contarlo, con sus correspondientes disgustos. Suponemos que esas noticias llegaron a Alemania, desde donde llamaron a Suecia al jugador Oliver Straube para que se mandara a mudar de la concentración de un equipo condenado a echar el cierre. Él, muy elegantemente, alegó que le dio un dolor en el costado o así, y que tenía que ir a ver a su estelero a Munich. El viernes por la noche se le esperaba de regreso, una vez se enteró de que de desaparición nada. Y que incluso ya había fragoneta. Pero ni con esas vuelve Straube por olos dominios de Torres y compañía. Dicen en la UD que está tan complicada su reincorporación que ya tienen su recambio: un andorrano, cómo no, que jugó en el Nástic de Tarragona llamado Marc Bernaus. ¿Cantera o cartera habemus?