No está el Gobierno de Canarias para muchos trotes estos días. A la sonora derrota de este jueves, en que se puso de manifiesto que el PSOE no está dispuesto a cualquier cosa, sumen ustedes el papelón que hizo el día anterior -también en el Parlamento- el consejero de Turismo, Manuel Fajardo. Hay que elogiarle su defensa numantina de la casa, más que nada porque, en ausencia de ese empeño, pudiera ocurrir que alguien tire de la manta y aparezcan al menos dos responsables políticos mirando para los celajes. Nos referimos a su director general de Ordenación, Raimundo Domínguez, al que se le perdieron hasta los libros de actas, y a la viceconsejera Pilar Parejo, que tuvo conocimiento directo de las denuncias de los empresarios de agencias de viaje y no consta por ningún lado que haya actuado. ¿Y archivado? ¿Se archivó algo indebidamente? Lo sabremos muy pronto, seguro.