Se desconoce aún a quién se le ocurrió la idea -aunque se apunta que a la correspondiente jefa del área- pero en la Concejalía de Vivienda del Ayuntamiento de Soria (provincia de Las Palmas), que dirige la edil Carmen Guerra compaginándolo con sus labores en el distrito VIII, que lo es San Lorenzo, los recortes mandaron a la calle a catorce personas. De todos los gustos las había: en el grupo a), los que no daban un palo al agua y en el b) otros honrados trabajadores de la huella digital de Mönkemöller que a su trabajo acuden y con su dinero pagan, como diría Machado. Pero hete aquí que un buen día envían a cada cual a sus casas pero, claro, catorce son muchos trabajadores en una sola sección y esto no hay sobre electoral que lo resista. Así que alguien mandó a parar y los catorce trabajadores han sido convenientemente reinsertados, no ya en Vivienda, sino en otras concejalías, a fin de que no perdieran éstos su salario ni aquéllos su favor ante las urnas u otras cosas. Algo parecido a lo que ocurrió con el negro amanuense de la sexta planta, por entendernos, que de la calle pasó directamente a ser brazo derecho del alcalde, que ya es ser diestro con los tiempos que corren.