Les contábamos este fin de semana con todo lujo de detalles cómo fue de pintoresca la imposición de orlas a los alumnos de Derecho -turno de tarde-en el auditorio Alfredo Kraus. Los empeños de Soria por ser el muerto en el entierro, el niño en el bautizo y la novia en la boda le llevó a caer en el más estrepitoso de los ridículos. Quería que en el acto, al que acudía el ministro de Justicia, él fuera el capo de capi, el dueño de la baraja, del tapete y de las copas. Todo ello, claro imponiendo su autoridad a los alumnos, cuyo único atrevimiento fue pedir un descuento al auditorio. Allí, en ese recinto público, están aleccionados y, cuando alguien pide rebajar en algo los 6.500 euros que cuesta la sala sinfónica, los mandan al Cabildo a pagar el derecho de pernada. En este caso, lo hemos podido contar porque los alumnos de Derecho plantaron cara a Soria y frustraron sus pretensiones, pero por si les queda alguna duda de lo claro que lo tienen en el Alfredo Kraus, aquí les despachamos (por el mismo precio de cada día) un documento muy esclarecedor: el orden protocolario del acto del viernes, según estaba previsto inicialmente. Que les aproveche, especialmente a los más incrédulos.