Los portuenses celebraron este martes el día de la fundación de la ciudad. Cruces y capillas adornadas, recorrido habitual para admirarlas, voladores, cohetes y procesión cívica. Tras la festividad, la vuelta a la cruda realidad: el conflicto con los empleados municipales que hasta ahora no ha podido sellar Marcos Brito, alcalde por la gracia de las censuras, ni con la campaña electoral a punto de iniciarse. Los funcionarios, cada vez más descontentos al no ser atendidas sus demandas y por el abono de la paga de productividad a algunos de ellos, no se rinden y ya tienen concebida una nueva forma de protesta: una caravana automovilística que recorrerá las calles del municipio el próximo jueves, las cinco de la tarde. Marcos Brito tampoco se doblega, como lo prueba que haya ordenado la retirada de un fax de la oficina técnica municipal por sospechar que desde este departamento, todavía dirigido por el edil popular Guillermo Meca, es donde se ha orquestado esta rebelión en su contra. Ya aparecerán otros faxes, que hay ventoleras que no desaparecen cerrando una verja.