En este contexto, Manuel García Navarro, el presidente de la UD, merece el máximo respaldo, por mucho que se haya equivocado y no concite en su entorno todas las unanimidades necesarias. No debió ser él -sostienen los accionistas más fuertes del club- quien convocara este lunes a cuarenta empresarios para recabar su respaldo ante la situación de emergencia, sino las instituciones, con Soria y Luzardo al frente. O, en su defecto, los tres partidos políticos con responsabilidades en las administraciones y entidades públicas que tienen que ver con el problema. Ya veremos luego quién sale en la foto, quizás el que se moje de verdad. Pero lo primero es lo primero y ya parece que algunos empiezan a tenerlo claro.