Una vez los propietarios de El Confital recibieron el solar de Pavía, empezaron las ofertas. Es una pieza golosa por estar donde está y por tener la edificabilidad que tiene: un M8 como un caballo de carreras. Lo saben de sobra los señores Juan Calderín y Juan Antonio del Río, que han estado manteniendo conversaciones multibandas con varios interesados en comprarles. Empezaron por 30 millones, subieron un poquito a unos empresarios locales, otro poquito a unos empresarios peninsulares con socios canarios, y terminaron en 32 millones, que parece ser la cantidad que ha pagado finalmente el feliz comprador, la empresa malagueña Evemarina. Por el camino se quedan otras peticiones paralelas, que fueron subiendo de 500 a 900 grados en la escala de Richter. Caliente y negro, como el buen café.