Los editoriales de El Día cada vez son menos originales, pero hay que reconocerle a su editor, don José Rodríguez Ramírez, que se ha convertido en fuente inagotable de controvertidas noticias. Cuando no ataca virulentamente a Paulino Rivero o a Ana Oramas, insulta sin recato al director de CANARIAS AHORA o pide un golpe de estado que acabe con tanta cochambre. Está, a sus 85 años, que parece un brazo de mar de tanta vitalidad que le aflora por todos los orificios de su cuerpo. En esa ametralladora del disparate en que ha convertido su línea editorial, le asisten agazapados en la casamata sus dos artilleros más crueles, Ricardo Peytaví y Andrés Chaves, que de vez en cuando asoman el jocico para que no se diga que dejan al pobre hombre solo. Eso sí, los prefiere escondidos para que no metan la pata, y por eso don Pepito no los propuso como testigos al juicio al que ha sido citado por una demanda civil de Carlos Sosa. En su lugar, el insigne editor propuso una docena de personajes de la sociedad tinerfeña, unos cuantos ex alcaldes, un par de políticos y otros prebostes, que se enteraron de su condición de testigos por CANARIAS AHORA. Don Pepito pidió al juez que los citara en la sede de El Día, que ya se encargaría él de avisarlos para que ninguno falle.