Lorenzo Fernández Gómez es un trabajador con 20 años de experiencia laboral en el servicio de logística de la fábrica de Solvay en Barreda, ocho años de delegado de personal y desde hace seis es presidente del comité de empresa por el sindicato UGT en las últimas concesionarias contratadas por la multinacional belga. Como presidente del comité de empresa de la actual concesionaria de la logística de Solvay, Katoen Natie, encargada entre otras tareas del embalaje y el transporte de la mayor parte de los productos fabricados en la fábrica cántabra, Fernández afronta ahora junto con una plantilla de algo más de 70 trabajadores una huelga general indefinida que se inició el pasado 3 de diciembre.
Los motivos de la huelga son variados e incluyen tanto cuestiones laborales y económicas como de seguridad y salud en una planta productiva que este año ya ha registrado dos accidentes laborales mortales y en ambos casos de trabajadores de contratas de Solvay como Katoen Natie, empresa a la que se adjudicó el servicio de logística hace ahora un año. La huelga general indefinida sucede a otras movilizaciones anteriores convocadas por el comité de empresa de Katoen Natie, que comenzaron el 4 de noviembre con concentraciones de protesta en la portería de la fábrica de Solvay y prosiguieron con paros de dos horas en cada turno de trabajo el pasado 25 de noviembre.
Sus reivindicaciones en este conflicto laboral se basan en derechos y protección de riesgos más que en condiciones económicas...
Es un poco de todo porque en realidad esta nueva empresa concesionaria lo incumple casi todo, desde el convenio colectivo a los derechos laborales subrogados de anteriores empresas concesionarias, pasando por la seguridad y la salud, porque nuestra actividad profesional conlleva riesgos de todo tipo y además en tareas que no nos corresponden por el convenio y en las que no nos dan la formación adecuada.
¿Considera, entonces, que hay un riesgo evidente en su actividad laboral?
Exigimos un cumplimiento estricto y riguroso de la normativa de prevención de riesgos laborales, algo lógico en una fábrica como la de Solvay, donde este año ya han muerto dos compañeros de otras dos contratas. Solo reclamamos lo que es nuestro.
¿Puede detallarlo?
Para empezar, los derechos laborales que ya teníamos subrogados de otras concesionarias anteriores no son negociables, son nuestros y mucho costó conseguirlos. Lo que parece que esta empresa no acepta mientras intenta incumplir lo que pactó con quien la paga, Solvay. No podemos aceptar que no nos quiera pagar los complementos de tóxicos y penosos que cobra todo el mundo en la fábrica menos nosotros, que no abone otros conceptos salariales ya consolidados o que incluso incumpla lo regulado para las incapacidades temporales y hasta con la cesta de Navidad. Solo reivindicamos que la empresa esté al día con su plantilla en las nóminas, las pagas y todo lo demás.
Sólo reivindicamos que la empresa esté al día con su plantilla en las nóminas, las pagas y todo lo demás
¿Hay sanciones y despidos ejecutados por la empresa?
Este es otro de los grandes problemas adicionales, porque la empresa no solo incumple de manera descarada el convenio, las condiciones y derechos laborales acordadas para el servicio o la prevención de riesgos laborales; además practica una política de personal donde la amenaza, la coacción y la sanción se han convertido en algo habitual en apenas un año. En tan poco tiempo ya ha habido tres despidos y un buen número de sanciones, lo que no deja de ser anormal.
¿Cómo es el clima de trabajo en la empresa?
Pides lo que es tuyo y la empresa no te escucha y además reprime a quien lo haga de inmediato en un clima de trabajo cada vez más tóxico, donde hay de todo, desde mobbing a una soberbia empresarial muy perjudicial, pasando por un maltrato que se acentúa con el paso del tiempo. Venimos denunciando ese maltrato y una persecución laboral que va a más y la empresa ni quiere oír hablar de realizar una evaluación psicosocial de la plantilla porque, si se hiciera, los resultados harían sonrojar a más de uno en la dirección de Katoen Natie y en la de Solvay por permitirlo.
¿Hasta qué punto la plantilla respalda al Comité de Empresa?
Me siento respaldado, aquí todos somos uno. La plantilla está firmemente unida y dispuesta a luchar hasta cuando sea necesario y hasta ahora todas las movilizaciones han sido secundadas por la gran mayoría de la plantilla de fábrica, un 90% desde que se inició la huelga general.
Siendo realistas, y tras varios encuentros sin avances en la mediación laboral, ¿es factible un acuerdo entre la parte social y la empresarial?
Somos conscientes que el acuerdo es muy difícil y más cuando tienes un interlocutor que elude de manera tan clara su responsabilidad con la plantilla y sus obligaciones y compromisos. Es más, la empresa ha intentado por activa y por pasiva que la huelga general no siga adelante y se venga abajo, incluso vulnerando un derecho constitucional con la contratación de empleados de empresas de trabajo temporal para sustituir a los que estaban en paro. Da igual, lo repito, aguantaremos hasta que haga falta.
La empresa ha intentado que la huelga general no siga adelante y se venga abajo, incluso contratando a empleados de empresas de trabajo temporal. Da igual, lo repito, aguantaremos hasta que haga falta
Más allá de la autoridad laboral, ¿el Gobierno de Cantabria puede jugar un papel en el conflicto?
Lo que esperamos es que impere la verdad y el sentido común en este conflicto laboral y está claro que el papel fundamental para ello es de Solvay.Si el Gobierno de Cantabria media y ayuda, mucho mejor. Solo hay que ver lo que viene reflejado en el convenio colectivo, el pliego de condiciones de la concesión y la ley de prevención de riesgos laborales. Que todo ello se cumpla. Si a eso se añade respeto y no maltrato en las relaciones laborales, el acuerdo y la buena marcha de la empresa y del servicio prestado a Solvay estaría garantizado.