Los cántabros ya no pisan el altar
Los cántabros ya no pisan el altar. O al menos no con la misma frecuencia que lo hacían hace unos años. El número de matrimonios en la comunidad autónoma se ha reducido notablemente desde el comienzo de la crisis, especialmente los religiosos, que durante el último lustro han caído a la mitad. Así, en Cantabria las bodas civiles prácticamente doblan a las católicas, según recoge el Boletín de Síntesis Demográfica 2014 elaborado por el Instituto Cántabro de Estadística y consultado por eldiario.es.
En concreto, durante el año 2013 se celebraron en la región 1.962 nupcias, lo que supone un descenso del 16,9% respecto al año anterior y un 34% menos en comparación con 2007, cuando tuvieron lugar 2.969 casamientos. De ellas, el 64% fueron civiles. En este sentido, más allá del evidente descenso en el número de matrimonios, la evolución histórica muestra un claro distanciamiento de los cántabros hacia la Iglesia católica. El número de parejas que se dan el “sí, quiero” ante un cura desciende año a año, y ha pasado de 1.325 en 2007 a 698 en 2013.
Este 'divorcio' entre la sociedad civil y la Iglesia también es visible si comparamos las respuestas de los cántabros en las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) entre ambos años. El número de personas que en la comunidad se declaran católicos ha caído ocho puntos, al tiempo que quienes dicen ser ateos ha crecido hasta casi duplicarse. También ha aumentado en nueve puntos porcentuales los que “casi nunca” pisan la parroquia y ha descendido en cuatro los feligreses que acuden “casi todos los domingos y festivos” a la santa eucaristía.
No obstante, aun siguen siendo una amplia mayoría las personas creyentes. El 70% de la población cántabra afirma ser católica frente al 15% no creyente y el 7% que son ateos. El resto “no saben o no contestan” o son creyentes de otras religiones.
8 años de media
Por otro lado, y volviendo a los datos sociodemográficos que muestra el ICANE, el total de disoluciones matrimoniales registradas en Cantabria durante 2013 fue de 1.192, lo que supone un 19% menos que el año anterior, un descenso que va acorde con la caída en el número de nuevos matrimonios.
Relacionando las disoluciones con el número de nuevas uniones y como consecuencia del descenso de ambos fenómenos, se observa que por cada 100 bodas celebradas durante 2013, en Cantabria se disolvieron 61, una cifra muy similar a la anotada en el conjunto del Estado (64).
En cuanto al tiempo medio de duración de los matrimonios, en la comunidad autónoma se sitúa en los 8,2 años, reduciéndose de manera marcada con los años anteriores, en los que la media rondaba los 13. La edad media de los hombres que disuelven su enlace es de 45 años, mientras que la de las mujeres es de 43 años.
En el lado contrario, la edad media de los varones que contrajeron matrimonio en primeras nupcias es de 34,4 años, y en el caso de las mujeres es de 32 años. Comparando estas edades con las del conjunto de España, se observa que en ambos territorios los patrones son casi idénticos.