“La huelga del metal ha sido un ejemplo y es de encomiar la actitud de toda la sociedad cántabra que nos ha apoyado”
Una semana después de que la normalidad haya vuelto a las fábricas tras 20 días de huelga en el sector siderometalúrgico de Cantabria, desde UGT valoran positivamente tanto el acuerdo alcanzado para desbloquearla como el respaldo y la acogida que ha tenido la movilización de los trabajadores. “La huelga del metal ha sido un ejemplo para otros sectores y es de encomiar la actitud de toda la sociedad que nos ha apoyado”, asegura Luis Díez, secretario general UGT-FICA en Cantabria, quien además aboga por un plan estatal para la industria que no este sujeto a “vaivenes políticos”.
¿Qué valoración hace del acuerdo alcanzado la pasada semana en el sector del metal?
La valoración es positiva porque se consiguió no perder derechos, que era lo fundamental y por lo que se convocó la huelga. Respecto a la parte económica, aunque lo ideal es conseguir más, también es positiva en líneas generales.
¿Cuánto influyó la intervención del Ministerio de Trabajo en la consecución de ese acuerdo?
Al principio fue un descalabro porque la patronal nos cambiaba las ofertas, y en las últimas reuniones no nos satisfacían. El Ministerio de Trabajo hizo cambiar la opinión sobre todo y la valoración de la patronal. ¿Podríamos haber llegado a un acuerdo antes? Sí, pero si la otra parte hubiera considerado lo que estábamos negociando.
Sin embargo, el Gobierno de Cantabria asegura que el acuerdo estaba hecho antes de que mediara el Ministerio.
No estaba completamente hecho. La garantía de los derechos y el incremento salarial estaban en el aire. Evidentemente en el último día no se solucionó todo, ya llevábamos un trabajo hecho.
En una entrevista reciente, la consejera de Empleo aseguró que los sindicatos “han dañado la imagen del Orecla”. ¿Qué opinión le merece esa afirmación?
En ningún momento hemos querido dañar la imagen del Orecla ni de ningún organismo regional. Evidentemente surgió la oportunidad para desbloquear la situación con la intervención del Ministerio de Trabajo y esta parte no va a decir que no, pero en ningún momento nuestra intención ha sido menospreciar a los organismos autónomos, a los que tenemos respeto porque hacen un buen trabajo.
Esta huelga del metal puede marcar un antes y un después en la negociación colectiva en cualquier ámbito
Han sido 20 días de huelga, ¿cómo se han vivido desde dentro y cómo han sido para los trabajadores?
Realmente ha sido duro. Las negociaciones no avanzaban, las veíamos como una falta de respeto por parte de los empresarios, pero los trabajadores han ido secundando los paros día a día, de forma mayoritaria y cada vez con más fuerza para conseguir un acuerdo, como así se ha dado, refrendado por la mayoría.
¿En algún momento se han sentido cuestionados cuando escuchaban declaraciones por parte del presidente de Cantabria sobre que “no es momento de hacer huelga”?
Fueron declaraciones desafortunadas porque el derecho a la huelga es de los trabajadores. ¿Y cuándo es el momento? Ha sido este porque nos hemos visto obligados a convocarla, no ha sido por capricho. Esas declaraciones no ayudaron nada, lo único que consiguieron fue cabrear más a la gente.
¿Considera desproporcionada la actuación contra los piquetes de las fuerzas de seguridad en algunas ocasiones?
En líneas generales no podemos criticar a las fuerzas de seguridad. Ellos cumplen órdenes que habrán sido valoradas, pero creemos que en alguna ocasión su intervención no ha sido necesaria porque los trabajadores se han comportado con una actitud bastante cívica a la hora de formar los piquetes informativos.
¿Tienen la sensación de que esta huelga ha sido como las de hace años?
Evidentemente. El seguimiento de la huelga y la participación en las dos manifestaciones, sobre todo en la segunda, hacía años que no se veía. Puede marcar un antes y un después en la negociación colectiva en cualquier ámbito. Nos sentimos orgullosos y es de encomiar la actitud de toda la sociedad que nos ha apoyado en esta huelga.
¿Entonces han notado respaldo social?
Sí, en líneas generales la sociedad ha visto que las reivindicaciones no eran nada del otro mundo, sino tratar de evitar que paguen siempre los mismos perdiendo derechos.
¿Tienen algún frente próximamente con una situación similar a esta?
En esta federación los convenios sectoriales están todos cerrados y en principio no parece que tengamos que convocar más movilizaciones. En otros sectores que no lleva esta federación no sé decirte, pero esta huelga ha sido un ejemplo para los demás.
¿En qué situación se encuentra la industria cántabra tras haber sido golpeada por la crisis de la COVID y de la guerra en Ucrania?
Es una tras otra, cuando nos empezamos a recuperar de una llega la otra. Y la industria cántabra, como la nacional, está pendiente de estos vaivenes de la guerra, vaivenes políticos que repercuten en la economía. Por eso desde este sindicato se está intentando que exista un auténtico plan industrial estatal que repercuta en todas las comunidades. Un plan de futuro que no esté sujeto a vaivenes políticos de los gobernantes en cada momento. Tenemos una buena oportunidad ahora con el dinero de Europa para lograrlo y que no nos pase el tren como ha ocurrido en otras ocasiones.
¿Y consideran que se están dando pasos hacia ese plan y que es posible que sea una realidad?
Sí es posible si los políticos se ponen manos a la obra y cuentan con todos los organismos de la concertación social. Es una lucha de todos para que este país tenga una industria realmente fuerte y que no dependamos del exterior. En la crisis del COVID hemos visto que estamos muy carentes de una industria de futuro.
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