Carta con respuesta es un blog del escritor Rafael Reig. Dejad vuestros comentarios en este blog sobre vuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas, teológicas o de cualquier índole, y él os responderá cada martes.
A Erri de Luca
Admirado Erri de Luca, si su opinión es delito, voy a decir lo mismo que usted. Habría que sabotear las obras del tren de alta velocidad en el valle de Susa.
Por decir eso en una entrevista, le han llevado a juicio y afronta una condena de entre uno y cinco años de prisión. Acabo de leer su libro La palabra contraria y me siento tan privilegiado como si fuera uno de los lectores sacudidos en 1898 por el J’accuse de Zola.
Creo sin lugar a dudas que tienen usted y el movimiento en contra de ese tren de alta velocidad toda la razón del mundo. Aunque no la tuvieran, también defendería su derecho a expresar la opinión contraria. Contraria incluso a la razón, por qué no, o al sentido común o a lo que manda Dios. Eso es la libertad de expresión.
Me ha impresionado una frase suya. Afirma que, aun cuando fuere condenado, volvería a decir lo mismo, ya que “mi cuerpo está de acuerdo conmigo, como sucede cuando escalo una pared”. Pese a no haber escalado nunca ni una humilde tapia (hasta encaramarme a un columpio me costaba), creo comprender y comparto esa sensación de acuerdo con uno mismo al solidarizarme con usted.
En mi opinión no se trata sólo del evidente peligro para la salud pública al realizar esas perforaciones en yacimientos de amianto y plecbenda, siendo este peligro gravísimo. Se trata de la arrogancia de una empresa privada imponiéndose, con la complicidad del Estado italiano y de su Fiscalía, a la voluntad de los habitantes del valle. El modelo de desarrollo, ¿lo decide siempre el empresario? ¿Sólo porque tiene más poder? ¿Nada cuenta la idea de desarrollo que puedan tener los ciudadanos? ¿Los propietarios, con el Estado a su favor (o más bien a su servicio, como en España), siempre tienen que imponerse sobre los ciudadanos?
Aquí se trata, simplemente, de oponer a la dictadura empresarial la soberanía ciudadana. Y gracias a usted, ya no se trata sólo de los ciudadanos de ese valle, sino de muchos otros en toda Italia y hasta en la arrinconada y remota España.
En ese sentido, tiene usted razón: éste es el primero y más importante premio literario que ha recibido usted en Italia. El acoso judicial (pues no otra cosa es lo que han lanzado contra usted) sólo prueba el inmenso valor que tienen sus palabras. Como decía Octavio Paz cuando le preguntaban qué querían decir sus poemas: “Un poeta no quiere decir: dice”. Usted ha dicho, por eso le persiguen en un vergonzoso caso de sumisión de la Fiscalía a los deseos de una empresa privada.
Invito a todos a leer este libro lapidario (es decir, con el impacto de una pedrada) y a comprobar cómo la empresa elige a los fiscales, como si fueran sus criados (y quizá, en la consideración del empresario, sólo sean personal de la casa, subalternos, chachas con toga –en España conocemos bien esto); cómo el Estado aceptó su “generosa oferta” de pagar los gastos de alojamiento de nada menos que 400 miembros de las fuerzas del orden para vigilar las operaciones o cómo han declarado esas obras de interés estratégico nacional, contra la voluntad ciudadana, llegando a llevarlas a cabo bajo vigilancia militar.
Frente a la prepotencia y el abuso de poder de la empresa privada, no queda otro camino que el sabotaje.
Por eso, si su opinión es un delito, estoy de acuerdo con usted y opino lo mismo. No quiero arrodillarme ante las empresas. Al parecer la libertad de expresión alcanza incluso a no caricaturizar a Mahoma, pero no llega tan lejos, faltaría más, como a poder oponerse a la dictadura de las empresas y los Estados que forman parte de su personal de servicio.
Me alegro mucho de haberle estrechado su mano el año pasado en el sur de Francia y se la tiendo ahora de nuevo a través de la página web iostoconerri.net. También estoy con usted.
Ya no tengo ninguna pregunta para usted: la lectura de su libro me las ha respondido. Sí tengo una para los lectores: ¿ustedes también están con Erri de Luca?