Cuenca es una ciudad pequeña. Poco poblada. La capital de provincia de Castilla-La Mancha con menos habitantes, unos 53.000 según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 2024. A pesar de ello, en 1996 su Casco Antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una ciudad que cuenta con joyas arquitectónicas y culturales como sus Casas Colgadas, o su catedral que mezcla los estilos románico y gótico, que alberga el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha o el Museo de Arte Abstracto Español. Un lugar por el que discurren el río Júcar y el Huécar y que a unos pocos kilómetros disfruta de un enorme parque natural, ya en plena serranía.
Aunque parece un lugar idílico para vivir, los conquenses miran el presente y el futuro con preocupación. Hablamos con Estefanía Prior Cano, portavoz de 'Repensando Cuenca', una alianza que aglutina a varios colectivos y en la que se plasman las principales inquietudes de una ciudad castellanomanchega que ve cómo se le escapan las oportunidades. Una alianza que pretende unir a los conquenses con un objetivo común: tener razones para quedarse en la ciudad.
La crisis de vivienda, azote de una ciudad pequeña: “Es una barbaridad”
La portavoz de 'Repensando Cuenca', Estefanía Prior, explica que Cuenca es una ciudad en la que la gente joven tiene muchos problemas para desarrollarse. “Primero para encontrar un empleo. No existe un tejido y una apuesta por el empleo. No todo puede ser hacer una oposición y ser funcionario. En Cuenca no se favorece el emprendimiento ni la autonomía, igual que ocurre a nivel estatal”.
Después, asegura que hay mucha gente joven que no quiere abandonar la ciudad y, sin embargo, en ocasiones no queda otra. Si se revisan los datos del INE, en los últimos cuatro años -dejando a un lado 2020 y la crisis por la pandemia de COVID-19-, Cuenca ha perdido casi 560 habitantes.
La vivienda, como ocurre en el resto de la región, es también una problemática para los estudiantes, las familias o los jóvenes que buscan independizarse. “El tema de los alquileres se ha duplicado en los últimos años. Habitaciones para estudiantes que antes del Covid rondaban los 150 euros ahora valen unos de 300 y eso en una ciudad como Cuenca es una barbaridad”, expone Estefanía Prior.
A través de conversaciones en las asambleas e iniciativas los jóvenes se muestran tajantes: “Nos dicen claramente que ellos no quieren abandonar la ciudad. Yo no quiero abandonar, quiero vivir aquí”, nos dicen siempre. Las instituciones tienen que abordar este problema“, expresa la portavoz de 'Repensando Cuenca'.
La importancia de vertebrar el comercio local
Cuenca, al igual que ocurre con otras ciudades que se fundaron durante la Edad Media, están estructuradas geográficamente con un Casco Antiguo -en este caso en la parte superior de la ciudad- y que después han ido ampliándose en la zona llana. Esto ha provocado que los núcleos comerciales que antes radicaban en la calle Carretería -ubicada en el centro de la parte llana y exterior al Casco Antiguo- se vayan extendiendo hasta las afueras, como ocurre con el centro comercial El Mirador o la zona superior de la avenida de los Alfares, donde hay varios hipermercados.
Estefanía Prior señala que en los últimos años en Cuenca se ha apostado más por grandes zonas comerciales que por lo local. “Recojo aquí palabras de los compañeros de Ecologistas en Acción, donde la ciudad más eficiente, más amable y más compacta es aquella que apuesta por el comercio local y cercano”.
Asegura que esta descentralización del comercio provoca que muchas tiendas tengan que cerrar, pues “para muchos comercios es muy difícil por no decir imposible mudarse a un centro comercial”.
La portavoz de 'Repensando Cuenca' señala que Ciudad Real es un buen ejemplo de esta centralización del comercio. “Allí hay mucho comercio en el centro y la clave es que no existe un centro comercial como tal. La gente compra en el núcleo de la ciudad, de manera que también pasea, se encuentra con amistades, donde puede elegir entre múltiples comercios, franquicias, locales o tradicionales de toda la vida”, apunta.
En el caso de Cuenca, reivindica que hay que apostar “por muchas más calles como Carretería, donde la gente no solo pueda comprar, sino también hacer una vida. Aunque ha cambiado muchísimo desde que se ha hecho peatonal y han cerrado comercios, esto no tiene que ver con la peatonalización, sino con la apertura de un centro comercial en el otro extremo de la ciudad, donde la gente tiene que elegir si va a un sitio o va a otro”.
La ausencia de ferrocarril en Cuenca: “Es algo gravísimo”
Cuenca, a pesar de ser una ciudad pequeña, contaba con varias infraestructuras de transporte. Desde una estación de autobuses, la estación de AVE Fernando Zóbel o una antigua línea de ferrocarril ubicada en el centro, ahora clausurada. Esta línea conectaba Aranjuez (Madrid) con la ciudad de Valencia en seis horas y tenía un billete a bajo coste. Pero su bajo precio no era lo único importante, sino que también vertebrada diferentes municipios conquenses como Tarancón, Huete, Chillarón, Yémeda, Víllora o Camporrobles, entre otros que no tenían parada habitual. Muchas personas lo utilizaban para viajar a la capital de provincia, para ir al hospital, para visitar a sus familiares y amigos, para comprar en grandes superficies. Sin embargo, en 2022 y después de más de un siglo de historia en el transporte, el Ministerio de Transportes decidía que ya no merecía la pena y debían cerrarla.
“Claramente, esta línea de tren era muy beneficiosa. Teníamos decenas de estaciones a lo largo y ancho de la provincia de Cuenca, que nos conectaba con Madrid y con Valencia. Ahora solo tenemos la estación del AVE que ni siquiera se encuentra en el centro de la ciudad y que es muy problemática con los traslados desde la ciudad. Se sabía lo que iba a pasar antes de que se construyera y aun así, así se ha quedado”, explica Estefanía Prior.
La portavoz de 'Repensando Cuenca' asegura que esto se debe “a una apuesta de ciertos partidos políticos y de ciertas instituciones que va en detrimento de la libertad de las personas conquenses, que podríamos estar recorriendo la provincia de manera mucho más fácil, barata y sostenible”.
La pérdida del tren convencional duele. “Desde hace más de una década la Plataforma en Defensa del Ferrocarril Público y Social de Cuenca llevan diciendo que año a año, [las instituciones] han tomado decisiones para conseguir que el ferrocarril funcionase peor, hasta que han dejado a Cuenca como la primera provincia de España que no tiene ferrocarril. Es algo que nos parece gravísimo y un retroceso, ya que somos una provincia muy extensa, cada vez peor conectada”.
Aliarse para conseguir una “Cuenca amable y tierna”
'Repensando Cuenca' es una “alianza de colectivos”, que incluye asociaciones, personas individuales, alternativas y disidentes, que se unen “con el objetivo de ayudarnos, apoyarnos y sobre todo darnos esperanza”, insiste. “También queremos conseguir acciones concretas, de manera que busquemos un cambio real en el Cuenca, consiguiendo que sea la ciudad amable y tierna en la que queremos vivir”.
Asegura que esta alianza surgió de la cotidianeidad. “Somos tres personas tomando café, criticando que las calles de Cuenca están rotas, que las aceras son estrechas o que el transporte público no funciona correctamente como se hizo patente hace unas semanas”, explica.
A partir de ahí, Estefanía señala que en los últimos ocho meses se han reunido varias veces al mes, donde realizaron “muchas lluvias de ideas y salió la iniciativa de hacer un encuentro entre estos colectivos que se han ido sumando”. Este encuentro se materializó el pasado 25 de octubre, donde durante más de ocho horas se desarrollaron actividades como un bingo literario, diferentes talleres o charlas y proyecciones.
La jornada, dice, “fue un éxito, donde nos unimos más de 20 organizaciones y hasta 60 personas, donde pudimos conocernos y poner en común lo que hacemos para tejer una red de apoyo”. La portavoz del colectivo nos cuenta que el público era de todas las edades, procedentes de un amplio espectro dentro del tejido asociativo de Cuenca: Nosotras, Fruto de Amora, La Alternativa, Ecologistas en Acción, Recicleta, Aframás, Asociación de Autores y Autoras Conquenses, Asociación de Vecinos de San Antón, Mares de Leche, o Los Ojos de la Tierra, entre otras.
En asamblea establecieron “claramente” las necesidades que tiene Cuenca. “Lo estructuramos en cuatro ejes: qué potencialidades tiene la ciudad, qué no nos gusta y querríamos cambiar, qué es lo que queremos y, por último, propuestas de acción”, matiza.
El primer eje define a las claras que todas estas personas quieren vivir en Cuenca: “Por la cultura, donde contamos con una Facultad de Bellas Artes maravillosa, con gente muy buena. Porque Cuenca es un lugar donde abunda la naturaleza, desde los ríos, donde se puede hacer escalada y rutas de senderismo, y que es un lujo vivir en una ciudad que tiene el campo tan cerca”.
Y tienen claro qué es lo que no les gusta de la ciudad: “ El transporte público que es muy deficiente, los precios desorbitados de los alquileres en una ciudad pequeña, la potenciación de los centros comerciales por encima del comercio local, la turistificación o el abandono de los barrios”.
La portavoz de 'Repensando Cuenca' señala que en el tercer eje de la charla abordaron objetivos como que “existan menos barreras sociales y arquitectónicas, que Cuenca sea una ciudad fácil de recorrer, que sea más segura y más accesible, para las personas mayores, que se puedan mover con sillas de ruedas. Que sea una ciudad donde se apuesta por el comercio local, y que también haya más inclusión social, desde la salud mental, la discapacidad o el colectivo LGTBI”.
El cuarto eje incluye propuestas de acción centradas en “el uso de diferentes espacios para crear jornadas como esta, que nos hagan encontrarnos y pensar conjuntamente qué ciudad queremos. También hablamos de cómo hacer ver la agenda cultural porque mucha gente no se entera de las iniciativas y actividades que existen, o hacer un mapeo de asociaciones. Además, insistir a las instituciones en que necesitamos espacios y que se nos proporcionen como se hace en otras ciudades”.
Aunque todavía no saben en qué espacio se va a realizar, el próximo 22 de noviembre celebrarán una nueva asamblea a la que “todo el mundo que quiera puede unirse”. El objetivo será “seguir creando y tejiendo red” entre los conquenses. En definitiva, dicen, evitar que la ciudad muera.