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Sobre este blog

Este blog es un espacio de colaboración entre elDiario.es de Castilla-La Mancha (elDiarioclm.es) y el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha para abordar diversas cuestiones sociales desde la reflexión, el entendimiento y el análisis.

Quiero coger el tren del progreso

Alberto Yébenes

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Sobre este blog

Este blog es un espacio de colaboración entre elDiario.es de Castilla-La Mancha (elDiarioclm.es) y el Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha para abordar diversas cuestiones sociales desde la reflexión, el entendimiento y el análisis.

¿Qué es el progreso? Esta cuestión es tan genérica que puede ser tan fácil como difícil, pero desde el primer punto de vista, se puede cometer el error de responder de forma rápida y, aunque no equivocada, sí quedaría una respuesta vaga e incompleta.

Toledo recibió el progreso en forma de tren de velocidad alta (que no es lo mismo que alta velocidad, cuestión que daría para artículo) en 2005. Las estaciones de Santa Bárbara y Atocha quedaron a tan sólo 30 minutos de distancia, pero los servicios ferroviarios de Toledo retrocedieron en ese momento al siglo XIX. La que las veces de capital regional dejaba en ese momento de estar conectada con la Estación de Castillejo, nudo ferroviario que además de con Madrid, le permitían tener conexiones con Cuenca y Valencia e incluso, llegando a Alcázar de San Juan, con Andalucía y el sur-levante peninsular.

También se perdían las conexiones más cercanas: Aranjuez, Ocaña o Seseña. Otras muchas ya habían desaparecido con la construcción de la primera línea de alta velocidad, con la que también dejaron de tener servicio estaciones que no desaparecieron e incluso se hicieron nuevas. Los edificios de las mismas aún se mantienen en pie, en ocasiones junto a las vías, como en Malagón viendo pasar un tren muy rápido sin poderse sus habitantes subir a él.