Fuente-Álamo ha vivido este fin de semana una de las movilizaciones sociales más significativas de su historia reciente. Vecinos, agricultores, empresarios, asociaciones y representantes públicos de toda la comarca se han concentrado para expresar “un rechazo claro, firme y unánime” al proyecto de macrovertedero y planta de gestión de residuos que se pretende instalar en el término municipal.
Se trata de una planta de 900 metros cuadrados con capacidad para tratar hasta 75.000 toneladas de residuos al año, que se ubicaría en la comarca de Hellín.
La movilización ha sido convocada por la Asociación Juntos por Fuente-Álamo y según los organizadores quiso dejar un mensaje “inequívoco”: “Este proyecto no cuenta con licencia social, territorial ni económica, y supone una amenaza directa para la salud, el agua, la agricultura y el futuro del mundo rural”.
Según la asociación, “desde el inicio del acto se respiró un profundo sentimiento de orgullo colectivo”, no solo por volver a verse juntos como vecinos, como paisanos, como gente que quiere y cuida su tierra, sino por el trabajo silencioso y constante de quienes integran la directiva y el voluntariado de la asociación, movidas “únicamente por el amor a su pueblo y a su comarca”, según explican.
La oposición de cinco alcaldes
Destacan la “unidad institucional alcanzada” ya que alcaldes de distintos municipios y sensibilidades políticas han dicho “alto y claro” que este proyecto “no es bueno para la comarca y que no encaja con el modelo de desarrollo que defienden para sus vecinos”. Así, han manifestado públicamente su rechazo Josefa Montes, alcaldesa de Fuente-Álamo; Jesús López, alcalde de Ontur; Joaquín Martínez, alcalde de Montealegre; Francisco Mansilla, alcalde de Albatana; y Estefanía Escribano, alcaldesa de Tobarra. Todos ellos han coincidido en una idea esencial: “Cuando se trata del agua, de la salud y del futuro de los vecinos, no hay colores políticos, solo responsabilidad”.
La movilización dejó claro que este rechazo “no es el capricho de unos pocos, ni una protesta puntual. Es un rechazo social, económico y territorial ampliamente respaldado por organizaciones clave”. Ya han expresado su oposición entidades como Bodegas San Dionisio, cooperativa y almazara del pueblo con más de 1.500 socios y 5.000 hectáreas, Comisiones Obreras de Albacete, ASAJA, la Unión de Consumidores, el Consejo Regulador DOP Jumilla, la Ruta del Vino de Jumilla, Acrimur, la Asociación de Enología de Castilla-La Mancha, y asociaciones y colectivos de la comarca, entre otras.
En los próximos días se esperan nuevos posicionamientos de comunidades de regantes, cooperativas agrícolas, organizaciones agrarias, asociaciones hosteleras, industrias agroalimentarias y universidades, ante los riesgos que el proyecto plantea para los recursos hídricos, la agricultura, el empleo y la imagen del territorio.
Las fechas elegidas para esta movilización no fueron casuales. Coinciden con días en los que regresan al pueblo quienes tuvieron que marcharse a estudiar o trabajar fuera, días de reencuentros familiares y de memoria compartida. Por eso el mensaje fue especialmente profundo: “No se defiende solo un trozo de tierra, se defiende el pasado, pero sobre todo el futuro de quienes quieren quedarse o volver. Porque un pueblo no son solo casas; un pueblo es vida, calma, trabajo, familia e identidad. Y un macrovertedero rompe ese equilibrio de forma irreversible”, explican.
El presidente de la asociación juntos por Fuente-Álamo, Rosendo Hellín y el vicepresidente, Carlos Cerdán explicaron que el proyecto implica “riesgos reales para los acuíferos y el agua de la que depende toda la comarca, amenaza directamente a viñedos, olivos y tierras agrícolas, deprecia el valor de viviendas y negocios y ahuyenta cualquier iniciativa vinculada al turismo, la hostelería o nuevas inversiones sostenibles”.
Las preguntas resonaron con fuerza en la plaza: quién quiere comprar una casa junto a un macrovertedero, quién quiere sentarse en la terraza de un bar rodeado de malos olores, qué empresa responsable va a invertir en un pueblo estigmatizado por la basura. La conclusión fue compartida por todos: “Aquí no se habla de ideología, se habla de sentido común”.
Un proyecto en fase administrativa previa
La asociación explicó también con transparencia la situación real del expediente administrativo. El proyecto sigue en fase administrativa previa.
A día de hoy no existe autorización concedida, pero el procedimiento no está cerrado, advierten, “y este es un momento decisivo”. El colectivo ha mantenido reuniones oficiales tanto en Albacete como en Toledo con responsables provinciales y autonómicos en materia de medio ambiente. Desde la administración se ha trasladado, detallan, “una posición de neutralidad, entendida como intermediación entre el promotor privado y el territorio”.
Desde la asociación se respondió, también explican, “con respeto, pero con firmeza: no es lo mismo el interés económico de una empresa privada que el derecho de un pueblo a su salud, a su agua y a su futuro. Cuando se trata de medio ambiente y salud pública, la equidistancia no protege al más débil”.
Llaman a presentar alegaciones contra el proyecto
Se hace un llamamiento directo a la participación activa: hacerse socio de la asociación, firmar en contra del proyecto, apoyar las movilizaciones y, cuando se abra el plazo administrativo de 30 días y presentar alegaciones. “Desde la asociación como desde los ayuntamientos se ofrecerá ayuda para prepararlas y presentarlas, porque son una herramienta imprescindible para frenar el proyecto”.
El acto concluyó con un mensaje que resume el sentir de toda la comarca: “Cuando se autoriza un macrovertedero no se decide solo dónde va la basura; se decide dónde no habrá futuro. Fuente-Álamo y su entorno han demostrado que no están dormidos, que existe una sociedad informada, unida y dispuesta a defender lo suyo. No se piden privilegios, se pide respeto”, en concreto por el mundo rural, por quienes viven, trabajan y cuidan esta tierra cada día.
Anuncian su intención de luchar contra algo que, opinan, “hipotecaría décadas de futuro”.