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La economía de Castilla y León solo recupera dos tercios de lo perdido en la pandemia

Carlos Fernández Carriedo

EP

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La economía de Castilla y León ha recuperado un 64 por ciento de lo perdido en 2020, en el año de la pandemia del coronavirus, tras crecer un 5,5 por ciento a lo largo de 2021, un repunte “relevante” e “importante” aunque una décima inferior a lo previsto por la Junta, que calculó un 5,6 por ciento para el pasado ejercicio.

Además y según ha explicado el consejero de Economía y Hacienda en funciones, Carlos Fernández Carriedo, en la presentación de los datos de la Contabilidad Regional Trimestral las expectativas del Gobierno autonómico pasan por recuperar en 2022 el 36 por ciento de lo perdido en 2020 por lo que se habrán necesitado tres años para alcanzar niveles de PIB previos a la pandemia, tras esa recuperación de dos terceras partes ya en 2021.

Por trimestres, la economía de Castilla y León aumentó un 3,9 por ciento entre octubre y diciembre, nueve décimas más que en el trimestre anterior, por lo que se mantiene la recuperación económica de la última fase del año que comenzó en negativo (-1,1 por ciento en el primer trimestre) para repuntar especialmente en el segundo (17,8 por ciento).

Por su parte, el nivel de empleo medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo creció un 4,7 por ciento en el conjunto de 2021, frente a un descenso del 5,0 por ciento en 2020, lo que representa una recuperación “incluso más rápida” que la economía al alcanzar ya niveles prepandemia. En concreto, el empleo se recuperó en todos los sectores productivos, salvo en construcción.

Por trimestres, el empleo creció un 3,0 por ciento entre octubre y diciembre de 2021, con especial incidencia en agricultura, silvicultura y ganadería (14,9 por ciento, en sintonía con los trimestres precedentres), seguida de servicios (4,6 por ciento), mientras que cayó en industria (-0,9 por ciento) y, sobre todo, en construcción (-12,5 por ciento), sector al que precedía un retroceso del 2,4 por ciento en el tercer trimestre.

El consejero ha explicado el crecimiento del PIB en 2021 en el “relevante” aumento del 6,1 por ciento del conjunto de la industria -- en 2020 descendió un 6,9 por ciento-- con especial incidencia en las ramas energéticas, que crecieron un 7,1 por ciento, inferior al dato de 2020 (7,4 por ciento), debido al menor crecimiento del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado.

Por su parte, las ramas manufactureras crecieron un 6,0 por ciento en 2021, frente a un descenso de -8,2 por ciento en el año anterior, con aumentos en todas, salvo en la rama de material de transporte y la de papel e impresión que experimentaron descensos.

El consejero en funciones también ha destacado el aumento del VAB en el conjunto de los servicios, que repuntaron un 6,5 por ciento por el “importante ascenso” de los servicios de mercado, que han recuperado “una parte muy importante” del 8,2 por ciento, frente al descenso del 11,6 por ciento de 2020. En el caso del VAB de los servicios no de mercado anotaron una variación del 1,8 por ciento, inferior a la del año anterior (2,7 por ciento).

A esto se une el crecimiento de la construcción, que aumentó un 1,9 por ciento, aún “muy insuficiente” tras el “importante” descenso del 12,1 por ciento de 2020, mientras que el sector primario decreció un 4,0 por ciento por la peor cosecha en comparación con la de 2020 cuando creció un 8,7 por ciento con el que se evitó una mayor caída del PIB autonómico. Por su parte, la producción ganadera anotó un crecimiento mayor que en el año 2020.

Por el lado de la demanda, Fernández Carriedo ha destacado el mejor comportamiento de la formación bruta de capital o inversión, que creció un 5,7 por ciento --en 2020 cayó un 14,3 por ciento--, fundamentalmente por los incrementos de la inversión en construcción (4,3 por ciento) y en bienes de equipo (6,1 por ciento), en contraste con las “intensas caídas” del 16,0 y del 12,1 por ciento respectivamente en 2020.

Más tímido fue el crecimiento del gasto en consumo final, que aumentó un 3,9 por ciento, cuando en 2020 cayó un 6,0 por ciento, si bien el consejero ha constatado el “despegue esencial” del consumo final de los hogares, que repuntó un 4,1 por ciento, cuando en 2020 cayó un 9,6 por ciento como consecuencia también de la pandemia. Sin embargo, el gasto de las administraciones públicas creció un 3,3 por ciento, menor en este caso que en 2020, cuando repuntó un 4,3 por ciento.

Finalmente, el sector exterior presentó una contribución positiva de 0,9 puntos porcentuales, seis décimas más que en 2020, por el repunte tanto de las exportaciones (6,6 por ciento) como de las importaciones (5,1 por ciento), frente a los descensos de 2020 (-7,3 por ciento y -7 por ciento, respectivamente).

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