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Siro mantiene la actividad tras el respaldo de sus trabajadores en Castilla y León al plan de viabilidad

Reunión de este sábado en Siro con los trabajadores de Venta de Baños.

Alba Camazón

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Cerealto Siro continuará con su actividad en las fábricas de Toro (Zamora), Venta de Baños y Aguilar de Campoo (Palencia) después de que los trabajadores hayan respaldado el plan inversor de la compañía galletera, que está en situación de quiebra y que cerró el pasado año con 47 millones de euros de pérdidas. Ya lo advertía la ministra de Industria, Reyes Maroto, que ha destacado que lleva trabajando en el plan desde febrero y que este sábado se ha acercado a las asambleas de Zamora y Palencia. “No hay plan B”, avisaba a los 1.700 empleados que tiene Siro en la comunidad.

Casi el 90% de los trabajadores que Cerealto Siro Foods tiene en sus centros de Castilla y León han respaldado el plan inversor de la compañía, que el socio inversor consideraba “vital” para continuar con la actividad industrial: 767 votos a favor, 93 'noes', 11 votos en blanco y uno nulo ha sido el resultado de las votaciones que se han celebrado este sábado en Toro y Venta de Baños y hace unas semanas en Aguilar de Campoo.

El Plan de competitividad tiene un horizonte de cuatro años y consigue mejoras laborales y salariales con garantías. Según ha informado este sábado la ministra Maroto, en estos días se ha mejorado el preacuerdo con el objetivo de que los empleados recuperen la pérdida del poder adquisitivo y las bajas incentivadas.

130 millones de euros para Siro

“El lunes concretaremos todo el plan. A corto plazo, se tiene que habilitar una partida de 130 millones de euros, 80 para pagar a los proveedores y 50 para desarrollar la tesorería y poder pagar las nóminas. Eso se tiene que hacer de forma inminente”, ha explicado desde Toro poco antes de la asamblea de los trabajadores de Siro.

El presidente del Comité de Empresa en Aguilar, Alfredo Alonso, ha señalado a Europa Press que es un día de “tranquilidad” y una noticia de “futuro” para las 1.700 familias del grupo. En este sentido, ha querido agradecer a “todas las plantillas” de Toro, Aguilar y Venta de Baños su “altura de miras” y el “sentido común”. “Hemos puesto por encima de todo el trabajo de la gente y eso me hacen sentir orgulloso como trabajador del grupo y sindicalista”, ha añadido, para concluir que, “por fin”, dejan atrás “esta pesadilla” y ver la “luz al final del túnel después de tanta incertidumbre”.

La presidenta del comité toresano, María José de la Iglesia, ha mostrado su confianza en que el nuevo inversor ofrezca “un futuro tranquilo” para las fábricas de Castilla y León. La representante ha querido agradecer a la ministra de Industria su “implicación” en la negociación de las condiciones con el nuevo inversor y su “transparencia”. Al respecto, la representante del comité ha asegurado que los trabajadores votaron que no en anteriores ocasiones por la “desconfianza” que transmitía Siro.

La ausencia de la Junta de Castilla y León ha sido criticada por los comités de empresa y los sindicatos desde hace semanas. Hasta esta semana no se reunió el equipo de Alfonso Fernández Mañueco o el de Mariano Veganzones (el consejero de Industria, de Vox) con los empleados de Siro. De hecho, el secretario de CCOO Castilla y León, Vicente Andrés, ha calificado de “ridículo” el papel de la Junta y la “extrema derecha” en la crisis de Siro “al poner por delante de los intereses del empleo su estrategia obsesiva de acabar con el sindicalismo, dejando morir un proyecto empresarial”. La oposición también ha sido muy dura esta semana con el consejero de Industria, a quien ha acusado de no haber “movido un dedo en meses porque estaba a otra cosa”.

Una crisis que venía de lejos

La galletera palentina informó el pasado 29 de octubre que está trabajando en un Plan de Mejora de la Competitividad, en la búsqueda de un socio inversor. La compañía ha tenido pérdidas continuadas, desde 2017 hasta la actualidad, de más de 85 millones de euros y a estas suman las sobrevenidas en Cerealto Siro Food SL y en Galletas Siro SAU, que engloban las factorías de Venta de Baños, Aguilar y Toro y que cerraron el ejercicio 2019 con 11 millones de pérdidas y el ejercicio 2020 con 14 millones. Una caída de negocio que achacó en un documento interno y “confidencial” a achaca al cambio de estrategia de Mercadona con los proveedores.

El 31 de mayo la empresa galletera anunció que cerraría una de sus plantas de Venta de Baños y desplazaría al personal a otras fábricas ante la falta de competitividad. Entre otras medidas, Siro ajustaría los salarios de los trabajadores de Venta de Baños a las retribuciones de otras plantas, que tenían sueldos inferiores. Esta clausura entraba dentro de su plan de viabilidad, pactado con el socio inversor. Ante la negativa de los trabajadores, el inversor se retiró y Siro anunció el pasado sábado que paralizaba toda su actividad. Este martes la compañía mandaba un whatsapp para informar de que no podrían pagar las nóminas de mayo.

Este jueves es cuando todo da un giro de 180 grados. Al conocer la iniciativa de los trabajadores de renegociar el plan de competitividad, el fondo de inversión volvió a confiar en la posibilidad de acuerdo: el Ministerio llamó a los trabajadores y alcaldes de los pueblos afectados para que viajaran a Madrid, cuando se iban a reunir en la Consejería de Economía que se saldó sin ningún resultado más allá de los trabajadores en dirección a Madrid. Todas las partes se reunieron en Madrid y alcanzaron un preacuerdo entre las nueve de la noche y las tres de la madrugada.

El municipio de Venta de Baños lleva décadas asociado a Siro, una empresa familiar que ampliaba su negocio allí con una planta en los años 70, que después sería vendida a Danone (aunque mantuvo su marca). En 1991, los fundadores de una nueva compañía compraron a BSN-Danone la histórica fábrica de Galletas Siro, abocada entonces al cierre. La compañía mantuvo los 80 empleos iniciales e hizo crecer sus operaciones y estructura, donde hasta ahora cuenta con más 900 colaboradores.

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