Demetrio Madrid: “No se puede estar con un discurso permanente de insulto, de odio y sin hablar de Castilla y León”
La comunidad autónoma de Castilla y León celebra 40 años desde su creación, la última en oficializarse en España. Es la más grande de todas, “casi como un Estado”, señala Demetrio Madrid (Villaralbo, Zamora, 1936) el que fuera su primer presidente entre 1983 y 1986, que recibe a elDiario.es en su Zamora natal para hablar del estado de la Comunidad y estas cuatro décadas de trayectoria.
El primer presidente de la Junta de Castilla y León fue también el único socialista que ha ganado unas elecciones autonómicas hasta que en 2019 lo hizo Luis Tudanca, que no pudo gobernar. Madrid es un referente del PSOE, entre otras cosas por su decisión de abandonar la presidencia autonómica en 1986 por una imputación de la que fue absuelto después, fue diputado constituyente y es uno de los autores del texto del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Conocedor de los entresijos que llevaron a crear una autonomía de 9 provincias con algunas resistencias en ellas que todavía permanecen, tiene muy claro el camino para hacer de Castilla y León una comunidad de referencia.
Castilla y León cumple 40 años como comunidad autónoma, la última creada en España, y el PP dice que es una comunidad de éxito, ¿opina lo mismo, que es una comunidad de éxito?
Sí claro, pero como el conjunto del estado de las Autonomías. Yo creo que hay tres asuntos que hay que destacar en todo este trayecto: el primer asunto es la venida de la democracia, el segundo es sin ninguna duda la construcción de un Estado moderno descentralizado y que abarca al conjunto de todo el país y el tercero es el ingreso en la Unión Europea. Son los tres grandes pilares, creo yo, de lo que ha sido la transición en España, que es una transición de éxito y claro, las autonomías todas son un éxito, pero un éxito con el PP al frente está muy disminuido.
Uno de los asuntos pendientes a día de hoy es que se modifique la Constitución para incluir las autonomías con nombres y apellidos. Hay que meter en la Constitución el estatuto vasco, el catalán, el gallego, el andaluz, todos.. no digo literalmente sino reconocer en la propia Constitución las autonomías existentes, algo de lo que nadie habla.
¿Eso es una asignatura pendiente de nuestro sistema constitucional? Reconocer el nombre de las autonomías en la Constitución…
Yo creo que la Constitución nos abocó a un Estado distinto, de pasar de un estado unitario fascista al Estado descentralizado de las autonomías, que era una aspiración que unos territorios la tenían más evidente que otros. En Castilla y León siempre hemos tenido un concepto del Estado más que el resto de territorios. Si hay una desgracia en Barakaldo o en Sabadell, aquí la gente tiene el mismo sentimiento que si fuera en Noceda del Bierzo, porque es un sentimiento que nos viene sin hacer ningún esfuerzo. Lo que pasa es que en otros lugares lo que se tenía en la cabeza era otra historia, que era un siguiente paso para algún día poder, después lo hemos visto, llegar a independencias y cosas de esas.
¿Cómo ve la situación actual de la autonomía? Se habla mucho de Castilla y León en los medios nacionales desde un par de años, pero no suele ser para bien.
Lo que hay es un retroceso desde el punto de vista político y social y, por lo que se ve, también económico. Los que iniciamos este asunto nunca hubiéramos deseado que ocurriera, eso no es para presumir precisamente. A todo esto se añade que se ha creado un clima de cierta crispación, que a mí me parece fatal como presidente y ponente del Estatuto y constituyente. Me parece fatal la situación de crispación cuando no rayando un poco por parte de algunos grupos a cierto odio e interés en que se produzcan desencuentros.
Una de las cosas más interesantes de las autonomías es que al estar más cerca de los ciudadanos están más cerca de sus problemas y más cerca de dar soluciones a los mismos, y lo que hay ahora en cierto modo es un inicio peligroso de crispación, no solamente entre los políticos y entre los partidos, es incluso entre los ciudadanos. No se puede estar con un discurso permanente de insulto, de odio y además sin hablar de la Comunidad. Creo que a los actuales dirigentes políticos de Castilla y León no les interesa hablar de la Comunidad, les interesa ensuciar, insultar a los que están gobernando España, sobre todo a su Presidente, y es cansino, me sobrepasa. Vamos a ver si sabemos distinguir las cuestiones partidarias de las que son cuestiones de estado, de estado de la comunidad pero de estado, pero eso se ha perdido.
Me parece muy mal que Mañueco dedique parte de su tiempo como gobernante a insultar al Presidente del Gobierno de España
¿Cree que el presidente Alfonso Fernández Mañueco está a la altura del cargo?
Yo creo que el presidente Mañueco en estos momentos está súper condicionado porque él así lo desea. Lo dicen las matemáticas parlamentarias. Sale de una situación voluntaria en la que relativamente estaba más o menos cómodo, disuelve las Cortes pero después los resultados lo ponen en una situación imposible. Creo que el presidente tiene que pensar si esta situación, no digo que le beneficie o le perjudica a él o su partido, sino al conjunto de los ciudadanos, que se lo piense bien.
Los ciudadanos en Castilla y León están en un estado de inquietud muy cercano a la crispación. Al final es él quien tiene que tomar decisiones pero al mismo tiempo está arrastrado… el presidente del partido a nivel nacional decía que tenemos que ganar como sea sin necesidad de otros apoyos. En el fondo es que Vox es un sector del Partido Popular, es como un grupo organizado dentro del PP. Tampoco hay que responsabilizar a personas sino que son los ciudadanos los que votan.
El presidente desde el punto de vista personal humano pues es el presidente y yo lo tengo que respetar y lo respeto, pero claro me parece muy mal que dedique durante una parte muy importante de su tiempo como gobernante a insultar al Presidente del Gobierno de España. ¿Hasta cuando va a seguir dedicando tantas energías a eso?
En Castilla y León ahora hemos sido pioneros en meter a la ultraderecha en el Gobierno, ¿Teme que esta ola reaccionaria se expanda en las elecciones municipales?
En estos momentos hay una situación que se empieza a complicar para todo el mundo, para los partidos de izquierda pero mucho más para los de las derechas en relación a lo que puede ocurrir con los resultados electorales de las elecciones municipales.
Hay que reconocer que aquello del bipartidismo se ha roto, hay que reconocer que en España han aparecido otros grupos, muchos de ellos nacientes y que salen de los grupos tradicionales, y que en estos momentos la composición y la gobernabilidad posterior hace más complicado el asunto. Pero es lo que quieren y han querido los ciudadanos, y yo contra ese asunto no tiene nada que decir y que cada uno sea responsable de lo que está haciendo. A mí me parece que la posición de la derecha tradicional ha vuelto hacia atrás, es decir, ha dado pasos hasta Manuel Fraga. Primero con una parte de ese camino hacia atrás con una parada y fonda con José María Aznar, que bien podía estar en Vox, que tiene escritos que los conoce todo el mundo en contra de la Constitución, pero paradojas de la vida termino sucediéndome a mi en la Presidencia de Castilla y León. Hay un retroceso que nos lleva a Manuel Fraga con un descansillo en José María Aznar.
Los ciudadanos en Castilla y León están en un estado de inquietud muy cercano a la crispación
Castilla y León fue la última comunidad autónoma en constituirse en España, en 1983, ¿Eso ha influido en su posterior desarrollo?
No, yo creo que no. La Constitución ha permitido que todas las comunidades tengan su estatuto y Castilla y León cierra españa, es decir, al mismo tiempo que se abre la Comunidad se cierra España por un concepto de convencimiento propio de que las autonomías no rompen nada, no rompen la unidad de España. Es una administración, en todo caso. Serán otras comunidades o serán otros dirigentes los que tratan de romper España. Castilla y León lo que hace es recoger todas las experiencias que ha habido de otras comunidades, lo que pues nos permitió hacer un buen estatuto para entonces, aunque desde entonces se han modificado cuatro veces, es el estatuto que más modificaciones ha tenido.
Lo que sucedió es que teníamos los problemas de siempre con la derecha, que en primer lugar no votó la constitución, se abstuvo, y otros votaron en contra y con el estatuto pasó igual. El estatuto de autonomía de Castilla y León fue aprobado por 208 votos a favor en el pleno del Congreso. El PSOE más la izquierda a favor con 4 votos en contra, 2 nulos y 100 abstenciones, votos de Alianza Popular, CDS y PDP.
En el debate que hubo yo estaba por la supresión de las Diputaciones y la derecha lo que querían era una Mancomunidad de Diputaciones en vez de un Estatuto de Autonomía y ahí Rodolfo Martín Villa y Manuel Fraga estaban insistiendo en que en Castilla y León había mucha tradición provincialista y que mejor que un estatuto de autonomía era hacer una mancomunidad de diputaciones. Por eso tardamos tanto, porque nosotros los ponentes queríamos la máxima unión a la hora de votar finalmente. La tardanza en aprobarse fue porque tardamos tiempo en llegar a acuerdos de mínimos.
Es una ley importante muy importante, es una ley orgánica que va a determinar el funcionamiento de una comunidad. Castilla y León es una Comunidad muy compleja, muy complicada, que tuvimos muchos problemas, en León, en Segovia, en Burgos, con los vascos por el Condado de Treviño. Tuvimos cuatro procesos constitucionales, así que no creas que fue camino de rosas ese proceso,pero al mismo tiempo estábamos muy contentos de lo que se había hecho. Al principio las conversaciones empezaron hablando también con La Rioja y Cantabria, que tomaron su propia decisión, pero bien porque es una comunidad que es más grande que Portugal, con más de 6.000 núcleos de población, nueve provincias, 13 obispos.. es casi un estado
La posición de la derecha tradicional ha vuelto hacia atrás, ha dado pasos hasta Manuel Fraga
Algunos de esos problemas que menciona que había hace 40 años siguen existiendo, como el movimiento leonesista en León en auge que pide el fin de la Comunidad...
Sí, algunos de los problemas que hablaba permanecen. Es una situación que se repite pero creo que a la hora de las votaciones de los ciudadanos los leonesistas siguen manteniendo el apoyo que siempre han tenido. Había muchas tendencias, los leonesistas hay quien quiere ir con Asturias, hay quien quiere con Zamora y Salamanca, hay quien quiere León solo, y bueno pues es una situación que hay que aceptarla como es.
Pero hay quien pide esto desde su propio partido, el PSOE, como el alcalde de León José Antonio Diez…
Creo que anda en un equilibrio inestable y a veces tienes que hacer algunas concesión porque hay que gobernar.
Vista la evolución de la Comunidad estos 40 años hay un cierto consenso en que el desarrollo territorial ha sido desequilibrado, ¿Qué opina?
Efectivamente el eje Palencia-Burgos-Valladolid tiene un crecimiento industrial bastante sólido y otras provincias como Ávila se mantienen por su cercanía a Madrid. Aunque parezca otra cosa, Franco en sus tiempos lo que hizo es favorecer el desarrollo industrial y económico en Cataluña, País Vasco y Madrid, empezando a descapitalizar en todos los sentidos el resto de España y lo más cercano pues es, claro, Castilla y León. La Junta de Castilla y León debería de hilar más fino, pero no le da tiempo porque está en otros problemas, para corregir esos desequilibrios territoriales.
Se tiene que poner en marcha la iniciativa privada, desde luego, pero la pública, con el conjunto de las Diputaciones en colaboración con el Gobierno de la Comunidad deberían dar algún tipo de orientación y de preferencia a aquellas aquellos territorios, más que provincias, más desfavorecidos. Yo hablaría más de comarcas. Nosotros hicimos un estudio y salen 54 comarcas naturales en las que, claro, no se puede hacer hospitales en todas, pero si que hay que crear centros comarcales que irradien a su vez para conseguir no solamente mantener, sino atraer a mucha gente que está fuera que querrían venir o asegurar un bienestar como si viviera en la calle Santiago en Valladolid. Claro que eso es un proyecto socialdemócrata que estos ni lo huelen.
Hablamos de desequilibrios dentro de Castilla y León, los hay en la España Vaciada, y también en todo el noroeste de España, ¿Se debe actuar ya para solucionarlo o vamos tarde?
Esto es una tendencia que no es moderna, no es de ahora, porque aquí hay una franja que va con toda la línea de contacto con Portugal, La Raya que decimos aquí, que ha estado siempre bastante abandonada, por decirlo claramente. Han sido generación de mano de obra barata para otros territorios, entonces, ¿Quién tiene que arreglar esta situación o intentarlo? Creo que es un problema general de todos pero de una forma especial de las instituciones, empezando por el Estado, por la Unión Europea y las Diputaciones que existan. En ese sentido hay que recobrar la iniciativa no con discursos, sino con proyectos y compromisos económicos. Esta situación no se arregla con una comisión que vamos a hablar, que es lo que está proliferando, hay que hacer una comisión para ver si hablamos… lo que hay que hacer es poner manos a la obra y a la caja pública.
¿Eran más ejecutivos los políticos de antes que los de ahora? ¿Se dedican ahora más a hablar y hacer menos?
En términos generales yo creo que ha habido antes y ahora situaciones distintas. Cada uno tiene la tendencia a pensar que cuando has estado administrando los dineros públicos siempre son escasos antes y que ahora son más amplios, porque las inyecciones que se están haciendo desde el Gobierno central y de la UE son para esperar mejores resultados. Pero sí, efectivamente, nosotros partíamos de una situación económica per cápita muy baja y la preocupación era como cualquier familia que hay que comer todos los días, hay que dar estudios todos los días, hay que conseguir que la gente del campo tenga oportunidades.
Los gobiernos socialistas lo que hicieron es abrir la sanidad pública para todo el mundo, educación para todo el mundo y generar escuelas, institutos, centros de salud y hospitales. Estando yo de presidente se abrieron tres hospitales en Castilla y León, y no teníamos todavía la transferencia, pero se hicieron con una colaboración y lo que no hay ahora mismo es la buena fe de una relación interinstitucional y todos esos esfuerzos se han ido en insultos.
¿Cuál fue el proyecto que fue más complicado de hacer en la creación de Castilla y León?
Lo más complicado fue hacer el conjunto, porque no se conocía. Nos dedicamos a hacer pedagogía en el sentido de que era una cuestión desconocida y había que darla a conocer y yo dedicaba uno o dos días a visitar todas las comarcas de Castilla y León y un día a recibir gente.
Pero desde un punto de vista llamativo pues por ejemplo el primer estatuto decía que reunidos en la ciudad de Tordesillas se decidirá la sede o sedes de la Comunidad, pero como no nos poníamos de acuerdo hicimos un artículo para eso pero el PP no quería porque cada cada uno quería en su pueblo poner la sede. Costó también decidir que aceptaran, que no lo han aceptado nunca, que hubiera un Día de Castilla y León que nos uniera como por ejemplo el Día de Villalar, pero no por Villalar sino porque si hay un acontecimiento mundial que es la revuelta de los comuneros. Las comunidades representan un hecho histórico de una magnitud impresionante de tal manera que si hubiera triunfado hubiera modificado históricamente no solamente España, sino también Europa.
¿Cómo se puede salir de este asunto? Los ciudadanos en un momento determinado empezarán a distinguir y los partidos y los grupos de la izquierda empezarán, si no lo están haciendo ya, a saber a quién le dan su confianza para gobernar nuestro país y nuestra comunidad.
Castilla y León tiene todas las condiciones, o casi todas, para ser una comunidad ejemplar y moderna y al mismo tiempo desde el punto de vista material y físico la comunidad que tienen agua, tiene energía, tiene un territorio espléndido en todos los sentidos. El gobierno de Pedro Sánchez ha puesto en todos los territorios de Castilla y León unas condiciones de comunicación fáciles y terrenos y después hay una gente que es muy
Somos austeros pero al mismo tiempo somos modernos en todos los sentidos. Tenemos las mejores más antiguas y prestigiosas universidades de Europa. Ha salido y está saliendo gente que está ocupando sitios en todos los sitios, en todos los lugares del mundo de la investigación, del desarrollo, tenemos grandes empresas que son importantes.
En Castilla y León es donde más tiempo ha gobernado de la derecha en las comunidades autónomas, ¿por qué?
Pues porque yo creo que no se pueden descontextualizar los acontecimientos. Castilla y León tiene 2.248 municipios y nueve diputaciones provinciales y eso se ha hecho desde toda la vida desde las cocinas. No te olvides que a los alcaldes y a los presidentes de la Diputación los nombraba a dedo el gobernador civil que a su vez los nombraba Franco y entonces hay un clientelismo histórico que todavía no se ha roto.
La capacidad de influencia a la hora de las votaciones, que nosotros claro cuando empezamos veníamos de la clandestinidad, y entonces ir a las familias a decir que había que hacer una lista en los ayuntamientos era ponerse en una situación muy complicada. No era fácil hacer listas municipales y todavía le cuesta mucho trabajo a la izquierda seguir haciendo listas que alguna gente todavía le da aquella cosa de que los rojos no sé qué y entonces esa cosa todavía persiste en algunos lugares, cada vez menos, pero todavía persiste.
Por qué la derecha sigue manteniendo las estructuras históricas de lo que ha sido el conjunto de las sociedades pequeñas de los pueblos, porque hay un dominio de un control. Es un control aparte que se ha multiplicado en el sentido de que faltar gente al marcharse la gente joven, es difícil hacer tres listas por ejemplo y entonces ellos mantienen su dominio. Cuando hablo de ellos me molesta mucho escuchármelo a mí mismo porque deberíamos de ser la sociedad de general pero en los términos que estamos hablando han tenido siempre muchas más facilidades y siguen manteniendo un control, cada vez menos, y yo creo que eso es uno de los aspectos que puede haber condicionando. Otro ha podido ser que tampoco siempre hemos hecho todas las cosas bien en la izquierda, a veces no hemos acertado con los mensajes y con el relato y el PSOE tiene un déficit cada vez menor.
Me gusta como lo está haciendo Pedro Sánchez pero después de hacer 200 leyes en tan poco tiempo que nos hemos ido amontonando una de otras de otra y que ha modificado todo de las condiciones de vida hay que dedicar más tiempo a la pedagogía, a explicar. A veces el PSOE no ha tenido el tiempo, el espacio y la conciencia de que hay que explicar mucho más todo lo que está ocurriendo, no ver las cosas ni buenas ni malas ni decir estos son los malos y esto no. Jugar a eso a mí no me interesa nada, lo que me interesa es explicar cuál es la situación actual y cuáles son los agentes y hacer el relato y ponerlo una relación de dónde venimos, que somos y a dónde vamos.
A veces el PSOE no ha tenido el tiempo, el espacio y la conciencia de que hay que explicar mucho más todo lo que está ocurriendo
¿Castilla y León necesita entonces un gobierno como del Pedro Sánchez?
Pues claro, es evidente que eso modificaría totalmente la situación de Castilla y León.
Si usted ahora tuviera que cambiar el estatuto de autonomía o reformarlo, ¿en qué sentido lo haría?
No tengo ninguna sensación de que haya que modificar fundamentalmente el Estatuto, habrá algún detalle o alguna situación de un reconocimiento porque claro yo soy ponente del estatuto inicial pero he estado como ponente de las siguientes reformas. Es un buen estatuto en líneas generales aunque haya que tocar aspectos de asegurar los derechos fundamentales pero el estatuto es un buen instrumento que tenemos.
Desde el principio una cosa que nunca ha habido en España y que empezó con la Constitución es que es la primera de las que ha habido en la historia que ha permitido gobernar a la izquierda, a la derecha y al centro sin modificarla fundamentalmente. Lo que ha ocurrido hasta la Constitución de 1978 es que cuando ganaban los otros lo que hacían era cambiarla. El Estatuto de Castilla y León actual, igual que la Constitución, que hay que reformarla, permite o no impide el buen funcionamiento gobierne la derecha o bien la izquierda. Creo que esto es un gran avance histórico que no se había producido nunca.
Si algo ha caracterizado a Castilla y León en los últimos años es la pérdida de población, en especial joven, ¿qué le diría usted a un joven que no ve aquí su futuro?
Que vuelva, que vuelvan los que se han marchado, que hay espacio y lugar. Hay algunos ejemplos que ya se ven en sitios que se consideraban el último lugar donde yo iría, que están trabajando y que tienen relación incluso para empresas de otra naturaleza que están en Estados Unidos o que pueden estar en Madrid o Barcelona o donde sea. Eso tiene que ir liderado por las instituciones, fundamentalmente por la Junta de Castilla y León.
El Gobierno autonómico tiene que poner en el primer punto de orden del día, o en el segundo, la recuperación de una cantidad de gente fantástica que tiene que ganarse la vida fuera de nuestro país o fuera de nuestra comunidad. La primera condición para hacer un diagnóstico político serio es reconocer cuál ha sido la situación histórica y cuál es el momento actual y el gobierno, esté quien esté, tiene que ponerse como un deber fundamental la colaboración interinstitucional.
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