Una chispa de una máquina recolectora, la principal hipótesis del origen del incendio de Lleida

El origen del incendio que se declaró este martes en la comarca de la Segarra (Lleida) y que causó la muerte de dos personas podría ser una chispa que hubiera saltado de una máquina recolectora, según la principal hipótesis que estudian los investigadores, han avanzado fuentes de la investigación. Los Agentes Rurales y los Mossos d'Esquadra están investigando este hecho como un accidente.

El incendio ha afectado un perímetro de 6.500 hectáreas de Torrefeta y Florejacs, Vilanova de l'Aguda, Cabanabona, Oliola y Agramunt, en las comarcas de la Segarra, la Noguera y el Urgell (Lleida) y las últimas estimaciones de los Agentes Rurales cifran en 5.577 las hectáreas quemadas.

Los bomberos han trabajado durante toda la noche para acabar de definir el perímetro del incendio y han pedido a los agricultores de la zona que colaboren labrando fincas para facilitar el trabajo de los equipos de emergencia. Ya a las 22.08 horas, los Bombers de la Generalitat han informado en un comunicado que tenían controlado el incendio al completo.

Asimismo, Protección Civil ha enviado un mensaje a los móviles para pedir a la ciudadanía de la zona que no acceda al perímetro de los fuegos de Torrefeta y Florejacs y de Sanaüja. “Prohibido acceder dentro del perímetro del incendio y zona quemada hasta que las autoridades lo den por extinguido”, remarca el mensaje, que recuerda que se mantiene el elevado riesgo de incendio y de reavivadas.

El fuego de Sanaüja ha sido controlado en primer lugar, mientras que el de Torrefeta solo ha sido controlado después de las 22 horas, una vez que ha aflojado la temperatura. Aun así, las autoridades reclaman a la población que se espere a la extinción para evitar riesgos innecesarios.

El cuerpo de bomberos ha informado en su último comunicado que a partir de mañana “habrá un escenario más favorable” y que una decena de camiones de agua junto a otros vehículos se quedarán trabajando en la zona durante la noche para evitar conatos.

El fuego ha afectado granjas, pajares y alguna edificación, y los daños más grandes se han producido al núcleo de Renant, donde las llamas han llegado a dos viviendas y en una granja.

El incendio se agravó por el fuerte viento que proviene de las tormentas de verano generadas en las montañas del Pallars (Pirineos) fruto de las altas temperaturas. Aunque ha llovido en algunas partes de los incendios, los vientos superiores a los 90 kilómetros por hora han provocado comportamientos “erráticos” en los fuegos, han explicado los Bomberos de la Generalitat.

El voraz incendio, de sexta generación, se ha propagado muy rápido, con velocidades punta de 28 kilómetros por hora, a causa del estado del combustible, muy seco, con abundancia de campos de cereales y especialmente por la formación de un pirocúmulo propiciado por la inestabilidad atmosférica.