UNICEF califica de “tsunami social” los efectos de la crisis económica global y asegura que pueden tener “consecuencias devastadoras”. La persona que lo afirma es el economista Tomás Jiménez, ex funcionario de Naciones Unidas y experto en Relaciones Internacionales.
En un estudio, titulado Por una recuperación con rostro humano y presentado la semana pasada en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), se señala que “los niños y las familias más vulnerables son el epicentro de este tsunami social” y denuncia que “una de las peores caras de la crisis está siendo la subida del precio de los alimentos básicos”. Según los cálculos de Tomás Jiménez, en 2012 las familias estaban pagando un 80% más por los alimentos básicos en comparación con la situación existente antes del golpeo de la crisis.
Aunque la crisis económica estalló en Estados Unidos y se trasladó posteriormente a Europa, UNICEF recuerda que “ha pasado a ser global y fustiga con fuerza también a muchos países en vías de desarrollo”. Como consecuencia, “en muchos lugares del mundo, el aumento de la inseguridad alimentaria -por el alza espectacular del precio de los alimentos básicos- y el paro masivo están multiplicando exponencialmente los efectos que por sí mismos ya eran demoledores”.
Cabe decir que la pobreza no es nueva para muchos países en vías de desarrollo y que “el abandono a su suerte de millones de niños y familias pobres había empezado mucho antes de que los países industrializados comenzaran a hablar de la crisis”. Pero esta situación se ha agravado por las medidas de austeridad y de contracción del gasto público que se han diseminado por todo el mundo, que han reducido tanto la inversión en servicios sociales básicos como la ayuda oficial al desarrollo, capítulo en el que tanto Cataluña como España son líderes en los recortes presupuestarios.
En el estudio se presentan algunas de las consecuencias de este agravamiento de la pobreza y la vulnerabilidad en todo el mundo. Muchas madres y hermanas, por ejemplo, deciden ser las últimas en comer en algunos de los países afectados. A algunos hogares europeas comienzan a desaparecer los desayunos o las meriendas. En Nigeria, hay niños que empiezan a trabajar en huertos y mercados a los cinco años.
Con datos de 2012, de un total de 179 países estudiados por UNICEF, 133 redujeron su gasto público. En 69 países se aplicaron recortes o limitaciones salariales. Se redujeron o eliminaron subsidios a 73 países. Los sistemas de protección social fueron reducidos a 55 países y las pensiones se contuvieron y recortaron a 52.
Para que la recuperación de esta crisis tenga el “rostro humano” que reclama UNICEF debería, a su entender, que no se centre en la mejora de algunos indicadores económicos sino en la búsqueda del bienestar de las personas, en especial de los niños y las familias pobres, a los que hay que atender de forma explícita y prioritaria. También reclama un aumento de la inversión pública, ya que su recorte permanente arrasa los escasos márgenes de maniobra de las familias, y que se priorice el destino social de los recursos disponibles.
Tomás Jiménez lamenta los excesos de las políticas de ajuste y austeridad: “Estas políticas no sólo deben considerar si consiguen sus objetivos económicos sino también 'como' los consiguen y qué se dejan por el camino. En tiempos de crisis, los derechos humanos no son prescindibles”.
En cuanto a la incapacidad de los políticos para rectificar unas políticas de austeridad que han causado todo este empobrecimiento social, el autor del informe lo compara con el “síndrome de negligencia cognitiva”, en la que una parte del cerebro no sabe qué hace la otra. Una forma técnica de decir que los datos, las constataciones numerosas e insistentes de la equivocación de esta política les entra por un oído y les sale por el otro.
En el acto de presentación del informe, que tuvo lugar en la sede de la UOC, participaron también políticos y representantes de entidades y administraciones con competencias y presencia en el ámbito de la atención a infancia, como la Cruz Roja, el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña, el Moviment de Centres d'Esplais Cristians, la Taula per la Infància i l'Adolescència de Catalunya o los consistorios de Barcelona y Santa Coloma de Gramenet. La directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de UNICEF, Marta Arias, recordó que casi la cuarta parte de catalanes menores de 18 años viven por debajo del umbral de la pobreza, mientras que María Truñó, responsable de Políticas de Infancia de esta entidad en Cataluña hizo un llamamiento a no aceptar “la fatalidad de la austeridad” como única política posible en la actualidad y a buscar la máxima coincidencia entre las entidades que trabajan en este sector para coordinarse y hacerle frente.
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