Entre 2012 y 2013 han marchado al extranjero más de 4.600 jóvenes catalanes. Esto supone que cada mes unos 400 jóvenes hacen las maletas para no volver. Se van para buscar trabajo y un futuro. Nada más lejos del concepto “movilidad exterior” con que la ministra de Trabajo, Fátima Bañez, ha querido maquillar la emigración pura y dura. Así lo ve la federación de jóvenes de UGT de Cataluña, Avalot, que ha presentado este lunes en Barcelona el informe titulado “Generación JESP: Jóvenes Emigrantes Sobradamente Preparados”.
David García, portavoz de Avalot, resume lo peor de las conclusiones del trabajo. “Lo más negativo es que esta gente no volverá”. Y para hacer esta afirmación se apoya en datos: “una de las encuestas que se cita en el informe dice que el 68% de los que se han marchado no desean volver y sólo un 32% piensa en que tendrá posibilidad de retomar su vida laboral en Cataluña en el futuro”.
Desde el año 2009 hasta ahora el número de jóvenes emigrantes catalanes ha aumentado un 42,46%, lo que sorprende en un país recientemente acostumbrado no a generar emigrantes, sino a recibirlos. La razón del crecimiento de las expatriaciones es la alta tasa de desempleo juvenil, que aquí se sitúa cerca del 40% en el segmento de 16 a 29 años. En segundo lugar, en la decisión de irse pesa mucho la falta de trabajo de los titulados y tituladas universitarias, que entre 2010 y 2012 han incrementado en más de un 10% las listas del paro.
Incluso los titulados medios o superiores, que hasta ahora tenían salidas laborales relativamente satisfactorias, han visto como algunas empresas empezaban a exigirles que acepten trabajos por debajo de su cualificación laboral y salarial, lo que afecta en la voluntad de muchos de ellos de emprender una nueva vida fuera de Catalunya y España.
Uno de cada cinco jóvenes que buscan empleo son parados de larga duración
Contra lo que muchos dirigentes sindicatos se temían, la reforma laboral no ha supuesto sólo que despidieran personas mayores para ser sustituidas por jóvenes. La derrota ha afectado de lleno también estos. El último año han desaparecido un 15,5% de los puestos de trabajo ocupados por jóvenes, según el Observatorio Catalán de la Juventud.
Entre los parados, el 18,8% de los jóvenes que demandan empleo son parados de larga duración. Esto hace pensar a Avalot que si no se cambia la situación este fenómeno puede derivar en paro estructural. Y el ritmo no se detiene, en el último trimestre las listas del Servicio de Ocupación de Cataluña se han incrementado en un 3,9% entre los jóvenes, lo que sitúa los índices en su punto más alto.
Los jóvenes de UGT ponen el dedo en la llaga al indicar que uno de los puntos que incide en la fuga de los nuevos emigrantes es la perspectiva de conseguir en el extranjero puestos de trabajo y condiciones de vida que permitan una perspectiva de futuro. Esto contrasta con la proclamación, muchas veces repetida, de que las sucesivas reformas laborales aplicadas sin consenso sindical se hacían para acercar las condiciones de trabajo a las europeas. “Aquí se ha optado por devaluar salarios para ser, teóricamente, más competitivos, pero esto no se entiende que estas medidas lo que suponen es que la gente más preparada se va”, dice García, que resalta la contradicción entre el que se predica y los resultados.
Como suele suceder, el problema se agrava cuando los sectores laborales que en Cataluña sufren más recortes públicos: docencia y sanidad, coincidiendo con los ámbitos de los países de los alrededores donde hay más demanda de personal formado. Los continentes adonde emigran los jóvenes catalanes son, en primer lugar, Europa, en un 42%. Le sigue América del Sur, con un 36% y América Central y del Norte con un 17%.
Para frenar esta sangría -para los jóvenes y para el país-, Avalot propone la retirada de la Reforma Laboral. La madre de la precarización de los puestos de trabajo de los jóvenes y del aumento del paro en este colectivo, según el informe. También reclaman que deje de adelgazar la partida de investigación y desarrollo en España, fenómeno que expulsa del mercado local los jóvenes profesionalmente más preparados.
Reclaman también que el sector financiero cumpla con la contrapartida de su salvamento financiero e invierta en las empresas locales, especialmente las pequeñas y medianas. A las empresas Avalot les insta a practicar el patriotismo. Deberían ver a los jóvenes como una inversión y no un gasto “