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Independentismo de clase

Antonio Baños (derecha), acompañado de David Fernández (CUP) en la presentación de su nuevo libro. / Francesc Sans

Jordi Mumbrú

Ni un cuarto de hora. Ni siquiera durante quince minutos, en un momento tonto... Nunca Antonio Baños se ha sentido nacionalista. De hecho, anoche, tras presentar en la librería Taifa de Gracia su último libro, celebraba el gol de la Roja mientras se comía unos callos.

Y, en cambio, Antonio Baños es un independentista convencido. Es más, se define como “republicano” porque ya da por hecho la independencia. “La independencia ya está anticuada, ahora el trending tópic es ser republicano”, bromea, como siempre, y hace pensar.

La Rebel·lió Catalana, editado por La Butxaca, no habla de banderas ni de patrias, sino de revueltas. El proceso que está viviendo Catalunya “es una rebelión antioligárquica que va tanto contra los señores de Madrid como contra los de La Caixa”. La editorial le encargó el libro tras leer unos artículos que hizo sobre la independencia para eldiario.es y que tuvieron un gran eco en la red.

Baños (Barcelona, ​​1967) aceptó el encargo y después de dos meses sin salir de casa terminó su tercer libro. Como en todas sus obras, ya sean libros o artículos, La Rebel·lió Catalana es interesante y original, está bien documentado y utiliza la ironía y el sarcasmo constantemente.

Antonio Baños debe leerse porque, como él, no hay muchos. Es tan intelectual como humilde y tiene conciencia de clase y compromiso. Sin complejos. Baños tiene la teoría de que no estamos viviendo ninguna crisis, sino una revolución neoconservadora, tal y como explicaba en su anterior obra, Posteconomía. Hacia un capitalismo feudal. La lucha de clases sigue vigente y los poderosos acaban de lanzar un órdago. “Han bajado de su Mercedes para robarnos nuestro Opel Corsa”, dice. Podríamos afirmar que su último libro complementa el anterior. Para contrarrestar la revuelta de los ricos, los catalanes han organizado, desde abajo, su propia rebelión.

Acompañado por la CUP

Antonio Baños no milita en ningún partido. Es más bien libertario. Pero ayer, para presentar su libro contó con la presencia de David Fernández, diputado en el Parlament de Catalunya por la CUP. Ambos se conocieron ayer, minutos antes de la presentación e, independientemente del beso en los labios que se dieron, parecía que se conocían de toda la vida. “Este libro es pedagogía y recomiendo a la editorial que lo traduzca al castellano”, dijo Fernández, que por motivos de agenda se tuvo que leer el libro desde el madrileño barrio de Vallecas, “donde nos entienden perfectamente, digan lo que digan los tópicos ”.

Una de las conclusiones de la presentación del libro es que ambos, David y Antonio, son independentistas por su condición de anticapitalistas. No porque sean nacionalistas o porque piensen que los catalanes son más guapos que los murcianos. Baños parte de la base de que el poder no quiere ceder ni un palmo de tierra pero los catalanes la quieren toda. Y por eso organizaron 555 consultas de autodeterminación en 555 municipios diferentes y por ello se manifestaron el pasado once de septiembre de manera brutal. Más allá de las banderas, los catalanes están protagonizando una rebelión y “puestos a desobedecer, también podemos desobedecer a la Troika”, propone el autor.

Si Catalunya consigue la independencia habrá que redactar una nueva constitución. Y si se vuelven a repartir las cartas, será difícil que se mantengan ciertos privilegios que tienen los poderosos. “Catalana es el adjetivo. Lo más importante de la República Catalana es que será República ”, dijo Baños, que añadió: “Pensar en una nueva constitución es pensar en un mundo nuevo. Las posibilidades de reinventar nuestro país son infinitas y eso levanta la moral”.

El autor es aún más optimista y cree que la revuelta que está llevando a cabo Catalunya puede ser un modelo a seguir por otros países. O por otros pueblos de España. Porque el sentimiento independentista de Baños, y de muchos otros catalanes, no tiene nada contra España. Ni contra la Roja.

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