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Vecinos de Callosa rechazan las viviendas sociales del Consell porque estarían habitadas por colectivos vulnerables “problemáticos”

Martinez Dalmau con el alcalde de Callosa en una visita reciente

Emilio J. Salazar

Alicante —

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Una noticia que lejos de alegrar, ha causado preocupación y ha iniciado una recogida de firmas. Vecinos de Callosa de Segura no quieren las viviendas sociales anunciadas por el conseller del área, Rubén Martínez Dalmau, hace una semana en una visita a la localidad de la Vega Baja.

Entonces, el vicepresidente avanzó que se destinarían cerca de dos millones de euros para la adquisición a la SAREB de 22 viviendas sociales que van a ir destinadas a soluciones habitacionales y alquileres sociales.

La compra pone fin a la inactividad de parte del bloque de la calle Almira, construido al calor del ‘boom’ del ladrillo y que pasó después de manos del banco a la SAREB tras quebrar la empresa constructora. Los que ya habitan en él, así como los vecinos de esta zona céntrica, piden al Ayuntamiento, gobernado por el PP, que no firme el convenio de colaboración con la administración autonómica para gestionar los alquileres sociales adquiridos por el ejecutivo valenciano.

Según recoge el periódico comarcal Diario de la Vega, el asesor jurídico de los vecinos ha anunciado movilizaciones para “intentar luchar para que no se genere un núcleo de 22 viviendas de alquiler social con los conflictos que eso puede generar de convivencia”. “Integrar en un edificio a 22 personas de unas características que en un principio va a ser difícil la convivencia y que sabemos que puede haber problemas”, ha anticipado José Francisco García.

De esta manera, buscan evitar “la degradación de la zona”, donde se encuentra el colegio Primo de Rivera y están asentadas las familias más acomodadas, y piden que las más vulnerables sean distribuidas en otras viviendas y barrios.               

Preguntado a otro vecino del municipio, éste critica el malestar que ha causado el anuncio del conseller: “La cuestión es que hay tres barrios convertidos prácticamente en guetos y nunca han movido un dedo por mejorar la situación de éstos”, señala. “Y ahora lo que molesta es la situación porque ya les pilla más cerca”, añade.

Este diario ha tratado sin éxito contactar con el alcalde Manuel Martínez. El anterior primer edil, el socialista Fran Maciá, considera que el verdadero malestar de los vecinos es “el temor a que caiga el valor de sus viviendas”.

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