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La empresa pública Ciutat de les Arts i les Ciències (CACSA) calcula que la dana del 29 de octubre de 2024, que dejó 230 fallecidos, causó un “brusco desplome” de la venta de entradas —entre el 40% y el 50%— en sus tres recintos a finales de su último ejericio cerrado. Sin embargo, la venta de entradas en 2024 aumentó (especialmente en el Hemisfèric, con una “espectacular subida”) respecto al 2023, según indican las cuentas anuales de CACSA. El Oceanogràfic sufrió una caída de unos 120.000 visitantes a consecuencia del “efecto negativo” de la dana.
La catástrofe del 29 de octubre, según la empresa pública, “tuvo un impacto econoÌmico durante los meses de noviembre y diciembre para CACSA, tanto en los negocios principales que gestiona directamente: Museu, HemisfeÌ€ric y el aparcamiento del Umbracle, como en el canon percibido por la actividad principal del Oceanografic”. A pesar de todo, las cuentas anuales anotan unos ingresos por venta de entradas de 9,4 millones, un 10,92% más que en 2023.
Las cuentas de CACSA calculan una reduccioÌn de los ingresos de 2,9 millones de euros, una caída de aproximadamente un 10%. La dana afectó a todas las líneas de negocio de la firma pública, especialmente a los ingresos por eventos, que cayeron en 1,7 millones de euros respecto a 2023 (una reducción del 35,36%, tras la anulación de una decena de eventos programados) y por aparcamiento, con una “importante disminución” de 84.178 euros (6,71%).
Cinco de los actos se anularon por tratarse de empresas afectadas “directamente” por la dana y el resto fueron aplazados al 2025. Además, se dejaron de alquilar varios espacios, al acoger el Museu de les Ciències a la Plataforma de Voluntariat para las zonas afectadas por la catástrofe y ocuparse zonas para aparcamiento de autobuses, reparto de material o almacenaje de productos.
El trencadís del Palau de les Arts
En el Palau de les Arts se llevó a cabo la inspección del revestimiento cerámico de la fachada, tras el desprendimiento del trencadís y la reparación de las deficiencias detectadas. Así, se sustituyeron las teselas de trencadís y las piezas de cantonera fisuradas, así como algunas porciones de los sellados elásticos.
“Los resultados de adherencia del revestimiento tomados en la fachada (maÌs de 2.000 puntos) han sido satisfactorios, encontraÌndose en su totalidad dentro de las tolerancias fijadas”, indica el informe de gestión.
En el Àgora, CACSA ejecutó en 2024 los compromisos adquiridos con la Fundación La Caixa (cuyo derecho de superficie se circunscribe al perímetro interior del edificio diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava) en materia de mantenimiento, conservación y limpieza de la envolvente del edificio.
Por otro lado, en 2024 finalizaron los servicios de alquiler de elementos a pedales y eléctricos y acuáticos debido al “impacto visual negativo en la imagen” de la Ciutat de les Arts i les Ciències.
CACSA mantiene una deuda a corto plazo con la Generalitat, su socio único, de 159,3 millones de euros.