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Argelès-sur-Mer: más de dos décadas honrando la memoria de la retirada republicana para afrontar la “culpa y vergüenza” de Francia

Lucas Marco

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Olga Arcos (París, 1967), hija del exilio republicano, forma parte del equipo del Memorial de Argelès-sur-Mer, que vela por la memoria de la retirada de los republicanos españoles a través de la frontera francesa en las postrimerías de la Guerra Civil. Desde finales de febrero de 1939, cerca de medio millón de refugiados cruzaron en precarias condiciones la frontera tras la caída del frente de Catalunya y ante el avance de las tropas franquistas.

En esas mismas fechas, las autoridades francesas instalaron el campo de concentración en la playa de Argelès-sur-Mer, en el que unos 110.000 refugiados, incluyendo a soldados republicanos y combatientes de las Brigadas Internacionales, acabaron internados en unas durísimas condiciones. A pesar de que el departamento francés de los Pirineos Orientales llegó a albergar una docena de campos, el de Argelès-sur-Mer fue el más grande.

El memorial de Argelès-sur-Mer, un proyecto municipal que recibe 15.000 visitas anuales, rinde homenaje a la retirada de los republicanos vencidos en el país vecino. “El memorial es una etapa más en un largo proceso iniciado por el Ayuntamiento de Argelès-sur-Mer en el trabajo de investigación sobre la retirada y el campo”, explica a elDiario.es Olga Arcos. La representante del memorial ha pasado unos días en Valencia, donde vive parte de su familia, buscando alianzas con instituciones y activistas de la memoria histórica.

Arcos, licenciada en Derecho y en Ciencias Políticas, pretende “amplificar las redes de instituciones que trabajan por la memoria democrática”, con la mirada puesta en las actividades educativas que desarrolla el memorial. El proyecto nació en 1999: “El memorial es una etapa más en el largo proceso de trabajo de investigación sobre la retirada republicana y el campo iniciado por el Ayuntamiento de Aregelès-sur-Mer”, explica.

Convertido en un centro de referencia, epicentro de visitas escolares, el Memorial compensa décadas de silencio en la memoria oficial francesa sobre el tratado a los refugiados españoles. Cuando arrancó el proyecto, recuerda Arcos, “había colectivos y alguna que otra asociación de descendientes pero nunca se había hecho nada desde el punto de vista institucional, el ayuntamiento fue el primero en decidir oficialmente levantar esa capa de silencio”.

“Incluso aquí se hablaba poco sobre la retirada y el campo, parecía que era un tema tabú por culpa o por vergüenza”, remacha la representante del Memorial de Argelès-sur-Mer. Así, el proyecto ha instalado lugares de la memoria en la playa, monolitos y placas con los nombres de “adultos y niños que fallecieron en el campo, por lo menos los que pudieron ser identificados”. También eventos y homenajes anuales.

Hace ocho años, se inauguró el centro de interpretación sobre el exilio republicano, “como una etapa más de este largo proceso de trabajo”, explica Olga Arcos. El año que viene el Memorial abrirá un centro de documentación, con el objetivo de recoger la memoria de la retirada y digitalizar el material para que esté disponible en la red.

Olga Arcos (París, 1967), hija del exilio republicano, forma parte del equipo del Memorial de Argelès-sur-Mer, que vela por la memoria de la retirada de los republicanos españoles a través de la frontera francesa en las postrimerías de la Guerra Civil. Desde finales de febrero de 1939, cerca de medio millón de refugiados cruzaron en precarias condiciones la frontera tras la caída del frente de Catalunya y ante el avance de las tropas franquistas.

En esas mismas fechas, las autoridades francesas instalaron el campo de concentración en la playa de Argelès-sur-Mer, en el que unos 110.000 refugiados, incluyendo a soldados republicanos y combatientes de las Brigadas Internacionales, acabaron internados en unas durísimas condiciones. A pesar de que el departamento francés de los Pirineos Orientales llegó a albergar una docena de campos, el de Argelès-sur-Mer fue el más grande.