La playa de l’Auir, uno de los últimos enclaves vírgenes del litoral valenciano, se encuentra en plena transformación. El Ayuntamiento de Gandia ha puesto en marcha el ambicioso Proyecto de Restauración Dunar, una intervención que no solo busca proteger el ecosistema costero, sino también reconciliar la ciudad con su paisaje y su historia.
“Protegemos, regeneramos, conservamos y damos a conocer una playa virgen de gran valor ecológico”, afirmó el alcalde, José Manuel Prieto, al presentar el proyecto junto a la concejala de Medio Ambiente, Alícia Izquierdo, en una rueda de prensa que ha marcado el inicio de una etapa decisiva en la política ambiental local.
Con una inversión global de casi 6,7 millones de euros financiada por el Ministerio para la Transición Ecológica, la intervención persigue varios objetivos: restaurar el sistema dunar, eliminar especies invasoras, crear zonas inundables, establecer un corredor verde que conecte con Xeraco, e incorporar caminos y senderos accesibles que inviten a un turismo más consciente.
Un cambio de rumbo en el litoral gandiense
La actuación esta prevista que comience en octubre con una fase de limpieza ambiental que incluye la eliminación de más de 5.000 ejemplares de vegetación alóctona, como cañas, ailantos y palmeras, y la retirada de infraestructuras obsoletas, restos de antiguos invernaderos y caminos interiores. Esta primera etapa, con una duración estimada de entre 4 y 5 meses, marca el inicio de un proceso que busca revertir décadas de degradación.
Para la concejala Izquierdo, el proyecto representa una “actuación clave dentro de la estrategia del Anillo Verde” de Gandia, cuyo objetivo es conectar los ecosistemas litorales con la Marjal de la Safor. Se trata de una apuesta por la biodiversidad y por la “justicia territorial”, como ha definido Izquierdo, quien también ha señalado que l’Auir fue “privatizada en los años 60”, perdiendo así su identidad como espacio natural.
El proyecto es también un acto de memoria ecológica. El director general de Medio Natural, Daniel Muñoz, ha recordado que las transformaciones agrícolas de los años 60 y 70 alteraron radicalmente el sistema natural de la zona, desecando terrenos y cortando los flujos naturales de agua. Ahora, mediante la restauración de zonas inundables, dunas móviles y malladas —lagunas temporales— se pretende devolver al entorno su equilibrio original.
Entre las medidas destacadas figura la creación de dos nuevas dunas naturales con una configuración más dinámica, en sintonía con los patrones naturales del litoral. Además, se prevé una red de caminos arbolados para bicis y peatones, similares a los del sistema forestal de la Devesa del Saler, que incluirán accesos controlados a la playa cada 500 metros, minimizando así la huella humana.
L’Auir: el pulmón verde de Gandia
Con 2 kilómetros de longitud y 120 metros de anchura, l’Auir es una rareza en el mapa costero valenciano: una playa virgen que conserva su sistema dunar casi intacto. A lo largo de los años, su preservación ha sido una batalla constante para los gobiernos progresistas de Gandia. “Nos hemos dejado la piel para conservar esta playa y liberarla de las amenazas del hormigón”, recalcó Prieto, en alusión a antiguas propuestas urbanísticas promovidas por gobiernos anteriores.
Y es que durante el periodo de gobierno del PP de Arturo Torró se impulsó una iniciativa para urbanizar l'Auir, llegándose a promover una propuesta que suponía una inversión de 200 millones de euros para construir, entre otros, dos resorts fundidos en una pinada y un hotel de lujo de 25 pisos. Pero con la movilización ciudadana y con el cambio del signo político en el gobierno local se dio carpetazo a un proyecto que ponía en peligro esta gran reserva verde litoral.
En cambio el alcalde destacó que con los gobiernos progresistas ha habido colaboración institucional en el mismo objetivo común de la preservación lo que considera una de las claves del proyecto. Recordaba así la visita de la ministra Teresa Ribera en 2019, así como la cesión de 200.000 metros cuadrados como dominio público marítimo-terrestre por parte del Ministerio el año pasado, un paso decisivo para desbloquear la actuación.
Turismo sostenible y espacio público
Más allá de su dimensión ecológica, el proyecto apunta a diversificar el modelo turístico de la ciudad. L’Auir se perfila como un nuevo referente del turismo natural y sostenible, con rutas accesibles para visitantes y vecinos que permitirán disfrutar del paisaje sin dañarlo. “Si somos un destino turístico que apuesta por la calidad y la sostenibilidad, debemos potenciar espacios públicos para el uso de nuestros ciudadanos”, dijo Prieto.
Esta línea encaja con la visión del Ayuntamiento de una Gandia “sostenible, resiliente y conectada con su territorio”, como ha definido Izquierdo. La renaturalización urbana, la lucha contra la especulación y la protección del litoral forman parte de una estrategia amplia respaldada por herramientas como el PATIVEL (Plan de Acción Territorial de Infraestructura Verde del Litoral).
“El progreso no implica destruir, sino restaurar. La prosperidad no es el asfalto, es la vida”, concluyó la teniente de Alcaldía, resumiendo el espíritu del proyecto.
Lo que se está gestando en l’Auir no es solo una intervención ambiental, sino una declaración de intenciones: la recuperación de un espacio natural no como recurso a explotar, sino como herencia a proteger. Gandia vuelve a mirar al mar, no para construir frente a él, sino para reconstruir junto a él.