Consejos para hacer una buena, educativa e inclusiva compra de juguetes

En estas fechas de Navidad y teniendo en cuenta lo escrito en sus cartas a los Reyes Magos por los más pequeños de la casa, toca conseguir algunos de esos juguetes descritos pero sin perder de vista que no deberían ser simples objetos de entretenimiento, sino herramientas fundamentales que contribuyen de forma decisiva al desarrollo infantil. Desde diferentes asociaciones de consumidores recuerdan que los niños aprenden jugando, por lo que la elección de un juguete se convierte en una tarea de gran responsabilidad para padres y madres. Una buena compra debe ser consciente, educativa e inclusiva, estando siempre adaptada a las necesidades reales de cada menor para evitar el consumo excesivo y la desmotivación.

La seguridad constituye el primer criterio ineludible en este proceso de selección para garantizar el bienestar de los más pequeños. La OCU recomienda realizar las compras en establecimientos de confianza que cumplan con la legalidad vigente y acepten devoluciones en caso de defectos. Es fundamental buscar siempre el marcado CE en el etiquetado, ya que este símbolo acredita que el fabricante ha superado las pruebas técnicas de seguridad exigidas por la normativa de la Unión Europea.

La vigilancia sobre la calidad del producto debe ser constante, especialmente ante la proliferación de artículos falsificados en el mercado. Según la OCU, cada año se notifican unos 650 juguetes peligrosos en la Unión Europea que, a pesar de llevar el marcado CE, incumplen las normas de seguridad. Por ello, se debe desconfiar de las ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad y revisar detenidamente tanto los artículos nuevos como los de segunda mano, prestando atención a piezas pequeñas que puedan causar asfixia en menores de tres años. El etiquetado funciona como una fuente esencial de información que los padres deben leer con detenimiento antes de formalizar la compra. En estas etiquetas deben figurar obligatoriamente el nombre del producto, la razón social del fabricante o distribuidor, la edad recomendada y las advertencias de seguridad. Además, se aconseja conservar toda la documentación, las instrucciones y el comprobante de compra para poder ejercer los derechos de reclamación, devolución o garantía ante cualquier inconveniente.

Además y siguiendo con los consejos de la entidad, hay que tener en cuenta que otro error común entre los progenitores es adquirir juguetes pensados para edades superiores con la idea de acelerar el aprendizaje o la madurez del niño. Sin embargo, la OCU advierte que un juguete inadecuado para la etapa evolutiva del menor puede generar una profunda frustración y riesgos de seguridad importantes. De ahí que se recomiende respetar el momento madurativo, los intereses y las habilidades de cada niño, recordando que no es necesario correr porque cada etapa tiene su tiempo de juego específico.

Por su parte, la asociación FACUA aconseja no dejarse llevar únicamente por los anuncios publicitarios que más captan la atención de los niños en televisión o medios digitales. La organización recomienda comprar con criterios racionales y educativos, evitando la precipitación de las compras de última hora que suele conducir a elecciones impulsivas. La planificación permite evaluar si el juguete realmente aporta un valor pedagógico o si simplemente responde a una moda pasajera.

La inclusión y la transmisión de valores positivos son aspectos clave para fomentar una sociedad más igualitaria desde la infancia. Las asociaciones de consumo sugieren evitar de forma activa aquellos juguetes que transmitan valores sexistas, racistas o violentos. La elección debe recaer en objetos que promuevan la igualdad y el aprendizaje común, sin hacer distinciones de género al regalar determinados tipos de juguetes o colores a niños y niñas por motivos culturales obsoletos. En este sentido, el nuevo código de autorregulación de la publicidad infantil en España busca eliminar la caracterización de las niñas con roles exclusivos de cuidados, belleza o trabajo doméstico. Esta normativa prohíbe la asociación de colores específicos para cada sexo y promueve el uso de un lenguaje inclusivo en los mensajes publicitarios dirigidos a menores. El objetivo es presentar modelos positivos que estimulen un consumo saludable, responsable y sostenible desde las primeras etapas de la vida.

Un buen juguete es aquel que actúa como un mediador capaz de estimular el imaginario lúdico y la curiosidad de forma sostenida en el tiempo. No siempre es necesario realizar un gran desembolso económico en productos comerciales complejos, ya que los niños pueden divertirse e interactuar con objetos cotidianos como cajas de cartón o elementos de la naturaleza. Estos recursos sencillos suelen ser muy enriquecedores para fomentar la creatividad y la capacidad de invención, superando en ocasiones a los juguetes más sofisticados.

Tecnologías y medio ambiente

Otra de las batallas a las que se enfrentan estos días padres y madres es el avance tecnológico que ha introducido en los hogares los denominados juguetes conectados, que disponen de conexión a internet y aplicaciones móviles. Tanto OCU como otras autoridades de consumo advierten sobre los riesgos de privacidad que estos dispositivos plantean al poder recopilar datos personales de los menores. Es imprescindible que los adultos revisen las configuraciones de seguridad de estos juguetes y supervisen su uso para evitar que terceros puedan interactuar con los niños de forma remota.

El compromiso con el medio ambiente también debe formar parte de la decisión de compra en una sociedad consciente de la sostenibilidad. Se recomienda priorizar el comercio local y la adquisición de materiales duraderos que no se estropeen fácilmente ante el uso habitual. Asimismo, OCU sugiere que, cuando los niños pierdan el interés por sus pertenencias, se considere donarlas a entidades benéficas o intercambiarlas. Y, por último, no olvidar, insisten, que el juego compartido es el vínculo emocional más valioso que se puede ofrecer a un hijo durante su crecimiento. Y que el mejor regalo posible no se encuentra en una tienda sino en el tiempo de calidad, la escucha y la dedicación que los adultos brindan a los niños mientras juegan juntos.