Cómo combatir (y prevenir) el mal olor de pies y calzado que aumenta con la subida de temperaturas

Con la llegada del buen tiempo y las temperaturas más altas, muchas personas se preparan para las actividades al aire libre. Para otras muchas, el calor también trae consigo un mal compañero: el sudor de pies, un problema incómodo que suele ir acompañado de mal olor. No es agradable tener que lidiar con la vergüenza del mal olor de pies. Pero es fácil que ocurra, sobre todo ahora que empiezan a sudar un poco más. ¿Qué podemos hacer para prevenirlo?

Antes de profundizar en las soluciones para combatir el mal olor de pies nos ayudará analizar con más detalle su causa y podremos, a partir de aquí, tomar las medidas oportunas. Y es que detrás de esta circunstancia encontramos una combinación de factores que son los que crean un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano y los malos olores. 

Por qué huelen mal los pies

El pie posee alrededor de 250.000 glándulas sudoríparas, más que cualquier otra parte del cuerpo, cuya función es la de mantener la piel húmeda, actuando como una especie de termostato que nos ayuda a regular la temperatura corporal cuando hace calor. Estas glándulas producen sudor abundante y de forma constante, no solo cuando hace calor o al hacer ejercicio, como hacen otras partes del cuerpo. En el caso de los pies, el sudor no puede evaporarse porque estos quedan atrapados en los zapatos.

El sudor no huele mal al producirse, sin embargo, si permanece en la piel, como cuando no se evapora en condiciones de calor, las bacterias lo descomponen. Y es esto lo que produce el olor característico de los pies sudorosos porque estas bacterias producen un ácido, que es el principal responsable del mal olor de pies.

A todo ello debemos sumar, como reconoce el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) la presencia de hongos, que proliferan sobre todo en ambientes cálidos y húmedos, como el que proporcionan unos pies sudorosos dentro de los zapatos y calcetines. Hablamos de un problema que puede ir más allá de los inconvenientes físicos. Según una encuesta de la Asociación Médica Americana de Podología, el mal olor y la sudoración de pies se consideraron una importante preocupación entre los millenials y la generación Z: muchas personas admiten sentirse avergonzadas o cohibidas y evitan zapatos abiertos.

Cómo evitar y prevenir el mal olor de pies

Controlar la sudoración de pies ahora que el verano se acerca no tiene por qué ser una tarea compleja. Hay varias acciones sencillas que podemos llevar a cabo para mantenerlos limpios, secos y sin mal olor. 

  • Lavar los pies cada día

La higiene diaria es un remedio tan sencillo como eficaz para prevenir el mal olor de pies. Para ello, podemos usar agua tibia y un jabón antibacteriano que nos permita acabar con las bacterias que causan el mal olor. Tras el lavado, también es tan o más importante secar bien los pies, sobre todo entre los dedos, para impedir el crecimiento bacteriano, que la humedad favorece.

  • Mantener uñas cortas y limpias

Es importante no descuidar las uñas, ya que, si no las cortamos como es debido, pueden acumular restos de suciedad y bacterias, que fomentan el mal olor. Además de cortarlas, también podemos usar un cepillo de uñas para limpiarlas bien por debajo, lo que nos ayudará a mantener los pies más limpios y sanos. Es importante que también prestemos atención a la piel endurecida de ciertas zonas de los pies porque, cuando esto ocurre, se puede reblandecer por la humedad, lo que facilita la proliferación de bacterias. Exfoliar estas partes de forma regular evitará que esto suceda.

  • Realizar baños con bicarbonato de sodio o vinagre

Aunque existen productos específicos que pueden ayudarnos a evitar el mal olor de pies, como desodorantes o antitranspirantes para pies, también podemos recurrir a otras opciones como vinagre o bicarbonato de sodio para realizar baños de pies. Ambos ingredientes son efectivos para equilibrar el pH y reducir la proliferación bacteriana.

Claves para cuidar de los zapatos para que no huelan mal

Evitar que el mal olor de los pies impregne los zapatos es fundamental. Debemos tener presente que el tejido y el material del calzado son un factor determinante para mantener los pies en buenas condiciones. No todo vale a la hora de elegir uno: lo mejor es optar por aquel calzado fabricado con materiales transpirables, es decir, que permitan que los pies respiren: cuero, lona u otros materiales, pero evitar el uso de zapatos de plástico. 

Una forma eficaz de evitar que el zapato acabe afectado por el mal olor es rotarlo, es decir, no usar el mismo todos los días, sino alternar dos o tres pares para que se sequen antes de volver a usarlos. 

También nos ayudará dejar los zapatos en lugares bien aireados para que se sequen bien, como ventilarlos al aire libre, con las plantillas quitadas y bajo la luz solar directa. ¿Qué otras medidas nos ayudarán a prevenir el mal olor de pies? Los calcetines también son importantes para prevenir este problema. 

El algodón es un buen material para los calcetines, ya que absorbe el sudor y, por tanto, retienen menos humedad. En cambio, debemos evitar aquellos calcetines de material sintético porque no nos ayudarán mucho si queremos mantener los pies más secos y frescos. Es importante, además, que no solo nos cambiemos los calcetines cada día, sino que lo hagamos más de una vez al día si es necesario, sobre todo después de hacer ejercicio físico o tras caminar una larga distancia.

El bicarbonato de sodio es uno de los productos más usados para la limpieza en casa por su poder higienizante. Pero también nos irá muy bien para el calzado porque, gracias a sus propiedades desodorizantes y absorbentes, es una muy buena alternativa para eliminar la humedad y, por tanto, para acabar con los malos olores. Bastaría con espolvorear un poco dentro de cada zapato y dejarlo actuar unas horas. 

Si, a pesar de todas estas medidas, el olor de los zapatos no desaparece, incluso con la ayuda de productos para eliminar olores, quizás es que ha llegado el momento de desecharlos. Y, si el resto de medidas preventivas no ayudan y el problema del mal olor de pies persiste, quizás también ha llegado la hora de buscar ayuda médica y consultar con un podólogo.