Las plantas de interior más fáciles de cuidar

Te contamos cómo cuidar tus plantas de interior.

Helena Crespo

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Cuando hablamos de plantas, a algunos lo primero que se nos viene a la cabeza es la responsabilidad de cuidarlas. Y es que las plantas son seres vivos que sienten y padecen como nosotros. Si eres de los que necesita que las plantas que tiene en casa sean fáciles de cuidar, sea por falta de experiencia o por falta de tiempo para darles cuidados extra, en este artículo te contamos cuáles son las plantas de interior más fáciles de cuidar

Así contarás con una amplia variedad entre la que elegir para decorar tu casa llena de verde y así aportar vida y belleza a todos los rincones. También te contamos cómo cuidarlas en general para que no tengas ningún miedo a la hora de elegir la que más te guste.

Antes de pasar a verlas, tendremos en cuenta algunos factores importantes a la hora de embarcarte en el maravilloso mundo de las plantas de interior. Hay que tener en cuenta algunos temas generales que afectan a todas ellas, como la cantidad de agua que necesitan, la luz y la temperatura que les ayuda a prosperar.

En primer lugar es importante que sepas que las plantas, como la naturaleza, atraviesan diferentes estaciones. Es sabido que las cuatro estaciones del año y los ciclos de la luna son los que ponen en movimiento el crecimiento de las plantas, los momentos ideales para trasplantar o las épocas del año en las que estarán en mayor reposo o menos frondosas.

Al hablar de plantas de interior hay algunos factores que tendrás que tener en cuenta:

El cuidado de las plantas de interior: luz, riego y temperatura

La primera recomendación entonces en este aspecto es que tus plantas de interior tengan siempre la mayor cantidad de luz natural posible. Eso sí, que no estén expuestas al sol directo. Si las colocas en una ventana, trata de cuidarlas a este respecto.

El riego de tus plantas de interior tendrá que ver con la temperatura que haya en casa y con la estación del año. 

En invierno necesitarán que las riegues menos, pues las temperaturas más bajas harán que el agua no se evapore y tanto la tierra como las raíces se mantengan más tiempo húmedas e hidratadas.

En este caso te recomendamos siempre maceta de barro y agujereada por debajo. El plástico no es natural para tus plantas y tenerlas en una maceta de barro hará que se sientan en su hábitat y estén más sanas. 

El tema de los agujeros es, justamente, para que la planta pueda deshacerse del exceso de agua. Cuando regamos demasiado la planta puede pudrirse si carece de estos agujeros para liberar el sobrante. Puedes poner un plato debajo y retirarla si ha expulsado mucha al regar.

Si tu planta está en maceta de plástico o tienes que trasplantarlas o podarlas porque no está sana, es mejor que esperes a la primavera o el verano

El invierno es la época de descanso para ellas. No es casualidad que los conocedores de la tierra y sus ciclos dejen reposar la tierra en invierno con la conocida técnica del barbecho.

En invierno, el exceso de calefacción también puede hacer que tus plantas estén incómodas o contraigan enfermedades. Lo ideal es que la temperatura no descienda de los 10 grados y no supere los 27 (aproximadamente).

En verano, sin embargo, puedes regarlas cada dos o tres días, según vayas viendo la necesidad de cada una de ellas. Puedes tocar la tierra para comprobar el nivel de sequedad. Los días más calurosos también es recomendable que rocíes sus hojas con un pulverizador de agua.

En cuanto al trasplante o poda, en caso de ser necesario, la época ideal es la primavera, ya que las plantas tienen una mayor fuerza para crecer y reponerse. Por un lado no tienen que luchar contra temperaturas extremas y, por otro, todo en la naturaleza florece en primavera.

También podrás tener en cuenta las fases lunares para esto. La luna menguante es buena para la poda, porque la savia está en las raíces y no afecta a las hojas. También es la mejor fase lunar para el trasplante. Así cuando la luna comience a crecer, la planta crecerá renovada a la par con ella.

Estas son las plantas de interior más fáciles de cuidar:

Poto

Si lo que quieres es llenar de verde algún rincón de tu casa con una planta trepadora, lo tuyo es el poto. Que son unas de las plantas más fáciles de mantener y cuidar para los principiantes es ampliamente conocido.

Necesitan mucha luz, pero se debe evitar que sea directa. Y el riego puede ser cada cuatro días más o menos. No necesitan mucha cantidad de agua, incluso menos que otras en verano.

Cinta

La cinta puede quedar genial en un macetero que cuelgue del techo o en la parte superior de un armario o una mesa. En invierno es suficiente si la riegas una vez a la semana y en verano cada dos días. 

Además de ser resistente es muy duradera y es sencillo reproducirla mediante esquejes si quieres tener más en casa o regalársela a alguien especial. Su aspecto es sencillo pero si la colocas en una maceta bonita de fibras naturales junto a cualquier tipo de decoración quedará genial.

Kentia

Otra de las plantas populares y vistas un millón de veces es la kentia. Ideal para espacios grandes que necesitan un toque de vida como esquinas de la casa o para colocarla al lado de un sofá y llenar tu salón de vida, ya que es grande.

Se adapta muy bien al clima y es resistente, parecida a la palmera. Además, tiene la ventaja de purificar el ambiente.

Cactus de alas de ángel

Si lo que te gusta son los cactus pero tienes miedo porque son delicados con los cuidados, puedes hacerte con uno de estos. El cactus alas de ángel es muy común en interiorismo y queda genial presidiendo mesas y centros por sus formas originales. 

En este caso, como otros cactus, sí aguanta el sol directo.

Ceropegia Woodii o collar de corazones

Para terminar, te mostramos una opción colgante y bella por sus hojas en forma de corazones que le da el nombre. En cuanto a los cuidados, sigue los mismos que comentamos para todas ellas y conseguirás alegrar tu casa con sus diferentes formas y tonalidades de verde.

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