Si Katharine Hepburn se hubiese vestido de flamenca...

Que el mundo de la moda flamenca es voluble hasta límites insospechados ha vuelto a quedar demostrado en la segunda jornada del Salón Internacional de la Moda Flamenca (Simof) en Sevilla, en la que prendas como los pantalones, tan recurrentes para Katharine Hepburn, protagonizan el diseño flamenco.

Los diseñadores apuestan cada vez más por demostrar las razones por las que el traje de flamenca es el único regional de España que sufre diseños a voluntad de quien lo cose, como ha quedado de manifiesto en el pase de la colección 'Maralba' de la firma 'Flamencas', donde incluso se han visto a modelos que prescindían del traje de volantes o de la falda rociera para lucir “pantalón de gitana”.

Sus diseñadores especifican que es un traje “para la feria”, porque no se concibe, al menos de momento, ir a una romería de esa guisa, aunque el conjunto, amarillo con lunares negros y blusa con cuello 'palabra de honor', ha sorprendido al público que hacía colas desde primera hora de la tarde para ocupar las primeras filas de los desfiles.

Sorprende, sobre todo, que no es un traje de flamenco adaptado a una mujer, sino un traje de flamenca con pantalón, toda una innovación para el calendario ferial que se avecina en cuando llegue la primavera.

No es que el diseño flamenco haya tocado techo, sino que se intenta buscar al mismo tiempo la elegancia y la comodidad, y desde los años 60, cuando las mujeres españolas comenzaron a ponerse pantalones, viendo cómo en las pantallas de cine lo hacían Katharine Hepburn o Audrey Hepburn, la evolución de esa moda en clave femenina no ha parado.

No solo de modernidad vive la moda flamenca, que hoy ha visto sobre las tablas de Simof cómo la firma 'Arte y compás' presentaba su colección 'Mis flamencas vintage', con diseños sacados de cualquier libro de estilo de hace décadas aunque adaptado a la costumbre actual de no salir de ferias o romería con un solo traje, sino llevar casi un armario si se trata de estar varios días de excursión flamenca.

Por eso, vuelven a verse en las pasarelas, y muy pronto en los reales de las ferias, trajes que ocultan los pies de las mujeres con sus volantes, mangas anchas a la altura del codo y mantones hasta por debajo de la cintura abotonados con una especie de camafeo.

Como ejemplo, uno diseñado en blanco, amarillo y negro, con un mantón rojo, casi burdeos, que se ha paseado por las tablas de la pasarela acompañado, entre otros, del sempiterno escote de espalda hasta los riñones, en tono rojo y liso y solo estampado en la falda.

Los únicos límites en este mundo de la moda flamenca los marcan la imaginación de los diseñadores, que se esfuerzan incluso por ser originales incluso en la nomenclatura de sus desfiles, con nombres tan llamativos como 'De arriba a abajo', de Trinitrán; 'Culpables', de María de Gracia Rodríguez; 'Amor amargo', de Antonio Manuel Gutiérrez, o 'Flores a ella', de Javier García.

Lo que sí parece claro es que cada vez hay más personas que acuden a estas citas, bien curioseando o bien buscando el diseño que compren incluso entre bambalinas, y eso que aún no ha llegado el fin de semana, que será cuando la avalancha de público sea total en los pasillos y escenarios del Palacio de Congreso y Exposiciones-Fibes.

Con todo ello, en tres intensos días se van a ver más de 1.200 trajes de flamenca diseñados en exclusiva por 35 firmas, en una XXII edición de Simof que tiene una cita paralela: la de la feria de muestras en la que se puede comprar cualquier complemento y que se salga de Fibes perfectamente equipados para enfrentarse a cualquier feria o romería que se ponga por delante.