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“Soy cómica, mujer, joven y youtuber: nadie me va a tratar en serio de primeras”

Carolina Iglesias, más conocida en las redes como 'Percebes y Grelos'

Marta Barandela

Carolina Iglesias (Santa Cruz de Oleiros, A Coruña, 1993) llega a la entrevista vestida con una camiseta en la que se lee una frase de una canción de Rocío Jurado: “Ahora es tarde, señora”. Parece una declaración de intenciones de la cómica que ha sabido hacer de la nostalgia su tema fetiche y que actualmente es youtuber (Percebes y Grelos), guionista y copresentadora del programa 'Yu no te pierdas nada' de Los40.

Iglesias, que también fue durante meses la voz que unía la academia de Operación Triunfo con las redes sociales como presentadora de su chat, cree que ahora hay más aceptación hacia OT −“esta edición ha cambiado un poco la mentalidad de mucha gente”− y asegura que desde que trabaja tiene más conciencia feminista: “Cuando veo estas realidades, pienso que yo no puedo estar ajena a todo lo que ocurre”.

Su show con Esty Quesada (la también youtuber Soy una pringada) ha reunido en el Palacio de la Prensa a centenares de adolescentes en el último año con una llamada a la nostalgia millenial bajo el nombre 'Que vuelva Fotolog'. Y Fotolog anunció que volvía hace tres semanas. Sus palabras son órdenes.

¿Cuándo eras pequeña ya sabías que querías ser humorista?

Un poco sí. A partir de los 14 tuve la revelación de a lo que me quería dedicar. Quería ser guionista, hacía monólogos y me interesé por ese mundo. Me presenté a un concurso entre institutos y de alguna manera soñaba con ello. Me gustaba lo que hacía Ángel Martín, que hacía sus propios guiones y actuaba. No me veía de otra cosa. También era muy autocrítica, pero sí que soñaba que podía hacer eso.

¿En ese momento habrías podido citar nombres de mujeres que se dedicaban a la comedia? ¿Había referentes?

Ana Morgade me flipaba. La descubrí más tarde, con 16, cuando estaba en Buenafuente. Me quedé fascinada: hacía bastante críticas a comentarios sexistas, era una mujer que estaba haciendo el trabajo que solían hacer los hombres. No estaba teniendo el papel que muchas veces tiene la mujer en los programas, que en ocasiones me repatea. Era una cosa diferente de lo que había visto en la televisión en España. Yo quería ser como ella.

También me gustaba mucho Eva Hache, me veía todos los monólogos que tenía. Las chicas de Sé lo que hicisteis, Patricia Conde y Berta Collado, que no son cómicas como tal, pero eran humoristas. Ahí está la diferencia: quien se escribe sus cosas y quien interpreta. Veía muchos monólogos del Club de la Comedia antiguos, con Anabel Alonso, Amparo Baró... Pero decía: “Bueno, están interpretando”. Eran mis referentes. No tenía tantos como ahora y aún ahora me falta. Por ejemplo, americanos ni idea.

Tampoco era tan fácil llegar a encontrar humoristas chicas. Tienes que buscar. Me acuerdo que veía Central de Cómicos y ahí descubrí cómicas nuevas, pero que en realidad no eran ni siquiera nuevas, llevaban mil años en esto: África Luca de Tena, Carolina Noriega, Sara Escudero... Mujeres que en la televisión nacional no salían, pero sí en la privada.

¿Cómo llegaste a hacer un monólogo en Paramount Comedy con 18 años?

Yo quería venir a Madrid para hacer un concurso de monólogos y la carrera. Vi que había un curso que impartía un cómico que enseñaba escritura de monólogos y demás. Me apunté. A finales del curso, en mayo, nos dijeron que Comedy Central hacía un curso de monólogos para principiantes y había que mandar textos. Lo mandé y me cogieron. Hice el monólogo en el peor momento mental. Mi abuelo se había muerto hace tres días. Yo estaba ahí y decía: “¿por qué os reís?”. Me molestaba todo. Pero surgió ahí. Lo que pasa es que quedé tan quemada de todo ese año que actuaba...

En ese momento ya estabas haciendo monólogos en bares.

Sí. Todo el curso actuaba en bares y cosas así, mientras a la vez estaba en la carrera. Y quedé quemadísima. Pensé que no era mi mundo. Todo de hombres, yo súper pequeña, era muy difícil que me tomaran en serio. Conseguí que me tomaran en serio y que la gente tuviera una imagen de mí buena, pero con todo lo de mi abuelo y mi abuela, que también murió ese año, pasé.

Y lo apartaste.

Sí.

¿Y cómo volviste?

He vuelto un poco porque tengo un amigo que tiene un show de micro abierto y actué un par de veces. Aparte eso, tengo el show en el teatro porque Dani Mateo nos lo propuso a Soy una Pringada y a mí. Que, en realidad, es como: “Pues menos mal que se te ocurre a ti, porque nosotras somos dos vagas y no se nos habría ocurrido”.

En realidad, la idea y todo es nuestro: lo hemos hecho nosotras, lo hemos escrito nosotras, lo hemos preparado nosotras. ¿Cómo no vamos a hacer una cosa así si tenemos esa cosa en común, hablar de la cultura de los 2.000? Pues no nos habíamos dado cuenta. Volvimos y ahora de pronto actuamos para 200 personas, 300, 400. Por qué no. Hago una parte que es monólogo, me siento mucho más segura y he mejorado mucho. Ahora tengo ganas, cuando acabe la temporada este mes, de tomármelo con calma y escribir un monólogo largo.

¿Cuando empezaste con los monólogos ya tenías el canal de YouTube?

No. Empecé a los dos años de eso. Hice el curso de monólogos, al año siguiente un curso de guión y, a raíz de eso, con una amiga que estudió Realización nos hicimos un canal de Youtube juntas. Como no teníamos nada que hacer, pues yo escribo, tú lo grabas y lo montas. En cuanto empezamos a tener otros trabajos era incompatible quedar, escribir... Decidimos dejarlo y quedar para tomar algo como siempre, y yo empecé en mi canal sola. Y desde entonces.

¿Cuánto tiempo llevas trabajando en la radio?

Dos temporadas y media.

En ese tiempo ha habido un gran cambio de los temas de los que se habla en el programa, probablemente porque también lo ha habido en la sociedad. De pronto se habla de body shaming, de empoderarse, de feminismo.body shaming

Sí. Estoy feliz. La Hora Yutuber [uno de los espacios del programa, emitido solo en Internet], que es la que presento yo, ha pegado un gran cambio. Es un cambio pensado. Cuando empecé a presentarla se decidió que iba a ser más enfocado a adolescentes, en el sentido de que se puedan llevar un aprendizaje. Pero es algo que puedes ver aunque no seas adolescente. Mi madre lo ve y se divierte, no sé si eso sirve como baremo de algo.

De repente se tratan muchos temas con gente que sabe de la materia y viene un montón de gente muy interesante. Al tener un momento de charla distendida te puedes permitir traer a un entrevistado no muy hablador. En 20 minutos consigue explicarse mejor y se sacan cosas más interesantes de la charla.

Son temas que funcionan y parece que hace años nadie habría pensado que funcionarían.

Hay gente interesada, eso es fascinante [risas].

Entre medias, en YouTube y en las redes sociales hablas de cosas que a día de hoy forman parte de nuestra vida cotidiana pero existe estigma al hablar de ellas: por ejemplo, tener problemas de ansiedad e ir a la psicóloga.

Me sorprende porque cuando empecé que a poner que iba a la psicóloga me contestaba mucha gente a los stories diciendo: gracias por normalizarlo. No lo había pensado ni siquiera. No lo hacía como: qué valiente soy. Simplemente es que es lo que me está dando la vida a mí. Lo noto cuando hablo con la gente. No todo el mundo lo tiene tan normalizado. Puede entenderlo, pero no va al psicólogo.

Hay gente que me escribe diciéndome que a raíz de mis stories se ha animado a ir al psicólogo o me cuentan problemas con sus padres y les contesto. Yo no quiero ser guía espiritual de nadie. Les digo que pidan ayuda. Si alguien me dice que tiene problemas de ansiedad, le digo lo que le diría a cualquier persona. Es bonito. ¿Por Internet hacer eso? Es bonito.

Un vídeo tuyo inauguró la colaboración entre It gets better España y Buzzfeed [una sección mensual dirigida a jóvenes LGTBI] hablando de bisexualidad. Se hizo muy viral. It gets better España y Buzzfeed

Me sorprendió y me asusté un poco también. Me da mucha vergüenza que hablen de mí y de repente veo que en varias webs hacen artículos hablando solo de eso. Pensé que en cierta medida no lo estaban entendiendo. Por ejemplo, que lo saquen en la web Hay una lesbiana en mi sopa me parece bien. Yo también cuando quiero saber si una persona es lesbiana me meto ahí a ver si sale algo [risas]. Pero cuando es algo una publicación sobre televisión, entiendo que por estar en la tele lo tienen que poner, pero... me dio algo de rabia. Titulares del tipo: “Hace años tenía miedo de contarlo” o “sale del armario”, cuando no era así. Sí faltaba gente por contárselo. A mi hermano se lo conté porque me dijo mi padre: “¿Se lo has contado a tu hermano?”. “Antón, oye, ¿sabes esto?”. “Ah, no. Pues vale”. Se trata de eso.

Me escribió una chica que tenía una tienda de camisetas y me quería regalar una porque soy una de las personas que la ayudaron a salir del armario. Joder. Pues qué guay. Por una cosa que yo soy la primera en reconocer que me costó un poco, por mí. Por algo que soy yo, poder ayudar a alguien... eso no me lo esperaba cuando me abrí un canal de Youtube.

¿Recuerdas cómo llegaste al feminismo?

Mi madre es profesora de INEF, de sociología en el deporte, no violencia, juego limpio... Tiene valores feministas y desde pequeña me enseñó que feminismo no es lo contrario a machismo. En el colegio a veces me peleaba y lloraba con los niños porque utilizaban mal los términos. Lo único que había vivido es que no me dejaban jugar en el patio del colegio, que es un poco lo mismo que ahora. No me dejaban jugar, me tenía que meter a jugar al fútbol y demostrar que sabía jugar. Ahí ya me pasaban la pelota.

Ahora es igual en el terreno laboral. Si llego yo siendo cómica, mujer, joven, youtuber... es que tengo todo lo malo. Nadie me va a tratar en serio de primeras. Tengo hándicaps. Ahora lo he vivido más de cerca. Desde que trabajo tengo más conciencia feminista. Me doy cuenta de lo importante que es mostrarlo y plantarse con situaciones. No perder el tiempo tampoco: si una persona no tiene intención de escucharme, no voy a perder el tiempo, que me da mucha angustia. Pero sí a veces señalizar cosas.

Con los años es cuando más me he dado cuenta de esto. Nunca una cosa concreta, pero ver la realidad: ver que a mí en los comentarios de YouTube me insultan por mi físico y a un tío no, en general. Que con un tío se tiene mucha más paciencia que con una tía. Con una tía es: bueno, pues a ver qué hace esta pava. Si no lo hace bien, que tenemos nuestro derecho de no hacerlo bien, ya está crucificada. Ni puta gracia. Esta chica fuera, está aquí porque se la chupa a alguien. Cuando veo estas realidades, pienso que yo no puedo estar ajena a todo lo que ocurre.

¿Cuántos proyectos tienes ahora mismo?

[Resopla] Queremos hacer gira con el show a partir de septiembre y estamos en ello. Esty también tiene sus cosas y yo no quiero irme todos los fines de semana fuera. Me encantaría ir a muchos sitios, pero es mi salud mental. Cuando estaba con OT viví una semana que todos los findes tenía cosas: tenía una actuación, tenía un programa que grabábamos.... No descansaba nunca. Me he dado cuenta de lo importante que es descansar. Me lo planteo de verdad para intentar encontrar un equilibrio en el que duerma siete, ocho horas. Sería guay.

Seguiré en Yu, la Hora Yutuber, Youtubers Live y con Operación Triunfo tengo que hablar con ellos. Voy a sacar un libro de poemas. Lo escribí el año pasado, de desamor absoluto. Algunos son una puta mierda. Lo que hago es comentar esos poemas ahora para ver cómo estaba en el momento que los escribí. Es un ejercicio psicológico y terapéutico que está muy bien, pero también es duro. Me está costando mucho acabarlo, pero está siendo muy guay. Voy a poner algunos poemas que estén mal, me hace gracia ponerlo. Y comentar:“ Esto es una mierda, me da vergüenza propia”. Me ilusiona ese libro.

Hay otro programa en el que voy a colaborar en la Ser, que se llama Las Chicas. Lo presentan Celia Montalbán y María Guerra. Lo van a emitir en verano, ya está grabado. Súper feminista, con humor. En cada programa viene un hombre, lo rodeamos y le preguntamos cosas. El otro día grabamos con Monedero. Mira. Yo solo digo que le dije: “No me rayes, por favor”.

Tu show con Esty llamaba a que volviera Fotolog... y Fotolog ha vuelto.

Con estas cosas me quedo un poco loca. Me acuerdo cuando Ramón García no presentaba las Campanadas, que tenía pensado hacer un vídeo-monólogo para subir a YouTube pidiendo que volviese. Y va y vuelve. Pues nada, a tomar por culo. Y ahora con Fotolog igual. Nos han llenado las redes con “oye, ¿te has enterado de que ha vuelto?”. Estoy en el mundo, me entero. Y si no, me lo habrían mandado. Me lo tomé a coña, no hemos pensado que vamos a hacer. Supongo que algún homenaje en el último show, todavía tenemos que definir cosas.

Tu humor se basa mucho en la nostalgia de la cultura pop, echar de menos series como 'Al salir de clase' o 'Física o Química'... ¿Has detectado mucho snobismo hacia la cultura pop?

Sí, y me fastidia que todavía haya. Qué pereza. Ya ni lo defiendo. Si te crees moralmente superior por no ver OT, pues muy bien, olé tú. Lo noto por varias partes: por youtuber noto mucha superioridad moral de la gente. Ha mejorado un poquito, pero todavía te miran por encima del hombro. Se usa youtuber como un adjetivo de algo, cuando youtubers hay millones, como si dices persona.

Esta edición de OT cambió un poco la mentalidad de mucha gente. De músicos, por ejemplo. Ahora tienes una foto con Amaia y tienes millones de likes. Creo que Amaia no puede no gustarte y, si no te gusta, es que no has visto nada de ella. Sí noto más aceptación hacia el programa, porque es verdad antes era otro estilo. Había gente no formada musicalmente, y no pasa nada, simplemente no era igual. Pero cuando hago alguna mención siempre hay un comentario así... Pero no en mi círculo. Entre mis amigos es la normalidad, no pasa nada. Dices frases de La Veneno o de las vecinas de Valencia. Yo no me creo superior por saberme el orden de las expulsiones de OT. Tendría que revisármelo si me creyera mejor. Dejad vivir a la gente tranquila con sus cosas, que no hacemos daño a nadie. Otra gente sí que hace daño y a esos no los miran tanto. Déjame en paz, hombre.

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