La primera vez que Sebastião Salgado tomó una cámara entre sus manos fue en 1970. Desde entonces, el fotógrafo la convirtió en un arma contra las injusticias sociales, retratando a través de ella un mundo bello, oscuro, complicado y difícil. Su fallecimiento a los 81 años sirve para recordar la memorable trayectoria del fotorreportero brasileño.