Glovo reconoce que el mensajero fallecido no estaba registrado y podría estar repartiendo sin contrato

Su negocio se basa en la geolocalización en tiempo real, pero en esta ocasión no tenían respuestas. Hasta esta tarde. El sábado por la noche murió un mensajero de plataformas digitales, que cargaba una mochila de Glovo. eldiario.es preguntó a la empresa el domingo por la mañana si el joven tenía una cuenta en la plataforma y si estaba en activo en el momento del accidente. Varios repartidores aseguraban a este medio que el chico vivía una de las situaciones más precarias dentro del sector: que repartía con una cuenta subarrendada, no de manera oficial, porque no tenía papeles. Glovo ha reconocido esta tarde en un comunicado que el trabajador no estaba registrado en su plataforma.

La compañía de repartos a domicilio confirma “que la persona que sufrió el accidente no estaba registrada como repartidor en Glovo y el hecho de que llevara una mochila de Glovo hace suponer que pudiera estar utilizando la cuenta de un tercero”.

Así, el joven no tenía un contrato mercantil con la empresa para repartir como autónomo, la única vía de trabajar para Glovo de manera oficial, ya que la compañía no reconoce la existencia de una relación laboral con sus mensajeros y estos no tiene por tanto contratos de trabajo. La Inspección de Trabajo ha concluido en varias ocasiones que los repartidores de Glovo y Deliveroo son falsos autónomos.

El pasado sábado por la noche, el joven mensajero falleció sobre el asfalto en una céntrica calle de Barcelona tras ser arrollado por un camión de la basura. A su lado, quedó tirada la mochila amarilla de la compañía y un teléfono móvil con un soporte negro, que suelen llevar los repartidores (o riders, como también se les conoce), como ha podido comprobar este medio en una fotografía del accidente.

eldiario.es contactó a la mañana siguiente con Glovo para preguntar por el trabajador fallecido y conocer su vinculación con la empresa de reparto. Es habitual que los mensajeros de plataformas digitales repartan para varias compañías diferentes y que usen una misma mochila durante su actividad.

Por ello, este medio preguntó a Glovo si el chico trabajaba para la empresa catalana y si en el momento del accidente estaba activo en la plataforma. Según comunicaron fuentes de la Guardia Urbana a la agencia Efe, el suceso tuvo lugar sobre las 23.15 horas en el cruce entre la calle Balmes y la Gran Vía de las Corts Catalanes.

Tras varias consultas a la empresa dirigida por Oscar Pierre durante el domingo y este lunes, la empresa ha mandado un comunicado a los medios de comunicación esta tarde en el que admite que cree que el joven nepalí de 22 años repartía desde la cuenta de Glovo de otra persona. “En este sentido, la compañía sigue analizando los datos en colaboración con las autoridades para esclarecer los hechos”.

“Era una cuenta prestada, no tenía papeles”

Varios repartidores que trabajan en Barcelona habían afirmado a eldiario.es que el chico trabajaba con una cuenta de una tercera persona. “Era una cuenta prestada, no tenía papeles”, afirma un mensajero que pide no ser identificado. “El chico llevaba muy poco en España, unos cuatro meses y no tenía permiso de residencia”, añade.

La situación de la cesión y el alquiler de cuentas en estas plataformas, y en concreto de Glovo, no es una fenómeno nuevo aunque no había sido reconocido abiertamente por la compañía. Mensajeros de estas plataformas digitales han explicado en muchas ocasiones a este medio que esta circunstancia existe, como una muestra más grave de la precariedad asociada a estos trabajos, a la que recurren sobre todo migrantes sin permiso de trabajo para obtener ingresos.

Estos trabajadores que pagan por usar una cuenta o que reparte con la que les cede algún compañero en general no suelen estar dados de alta como autónomos y perciben solo una parte proporcional de lo que el dueño de la cuenta obtiene por el pedido. En caso de sufrir un accidente como este, no están cubiertos por los seguros que han ido contratando estas plataformas para sus repartidores (como Glovo y Deliveroo) y tampoco por la Seguridad Social, si no estaban dados de alta.

Entre los propios riders no han denunciado mucho esta situación porque temen que “persigan a los trabajadores sin papeles y no a las empresas”, explica Felipe Diez, miembro de RidersxDerechos en Madrid.

Glovo dice que no tiene relación pero paga el seguro

El comunicado de Glovo recoge que “la compañía manifiesta que la cesión de cuentas a terceras personas, además de ser una práctica ilegal” y, además, vincula la práctica con la falta de seguridad: “Dificulta que se pueda entregar el material didáctico en seguridad vial ofrecido normalmente a los riders, así como que no se puedan beneficiar del seguro contratado por Glovo”.

Esa falta de seguridad, así como las condiciones de trabajo precarias de los repartidores, pero de parte de Glovo han sido el centro de las protestas de decenas de repartidores en dos concentraciones organizadas por RidersxDerechos, una este domingo y otra este lunes, tras la muerte del joven en la noche del sábado.

“La gente estaba muy indignada, porque es que nos sentimos un poco como la carne que se echa a los leones. Somos sustituibles, si no te gusta este trabajo, te dicen que te puedes marchar, ya tienen a un montón de gente que lo quiere hacer”, explicaba a eldiario.es Badr Eddine Hilali (conocido como Naruto), repartidor en Barcelona y presidente de la Asociación Autónoma Riders.

Glovo ha comunicado que transmite “su total apoyo a la familia del fallecido con la que ya está en contacto” y, aunque el chico no estaba registrado en la plataforma, “con la finalidad de solidarizarse con la familia”, la compañía asumirá “todos los gastos que hubiera cubierto el seguro privado con el que cuentan los repartidores de la plataforma”.