De Guindos pide a sus colegas el voto para ser el “bombero” y “albañil” del Eurogrupo
En un inusitado ejercicio de transparencia, el ministro Luis de Guindos ha publicado la carta de presentación que ha enviado a sus colegas del Eurogrupo (ministros de Economía de los 18 países del euro) postulándose para ser su jefe. El grupo informal podría votar este jueves 18 a su próximo presidente, aunque no es descartable que se aplace a julio la decisión final. Mientras tanto, De Guindos y su competidor (el holandés Jeroen Dijsselbloem) ya han sacado toda la artillería en su búsqueda de votos.
En la carta, que lleva el membrete oficial del Reino de España, De Guindos asegura que la zona del euro no necesita solo “un bombero, sino también un albañil” algo que junto a otras características (“fuerte liderazgo”, “visión de futuro”, “experiencia”) asegura ostentar y le sitúan como mejor candidato para el puesto. Su rival laborista ha sido precisamente acusado de desatar algún incendio (con el rescate a Chipre), de falta de experiencia (nuevo en el cargo y joven) y de poca coordinación (desplantes iniciales al gobierno de Grecia).
Llama la atención cómo una carta de estas características apenas difiera de la que podría haber escrito un trabajador en busca de un empleo. La única diferencia puede ser la extensión, ya que las empresas de Recursos Humanos siempre insisten en hacer estos textos lo más sucintos posibles, con un máximo de uno o dos folios, y el ministro se extiende durante nada menos que siete folios en enumerar sus virtudes y su futuro programa de gobierno para el euro.
Precisamente a la vez que publicaba la carta, De Guindos ha intervenido durante la mañana en el Curso de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) 'El nuevo modelo económico. Lecciones de la crisis', organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE). Allí, De Guindos se ha mostrado “convencido” de que “España va a ganar” la votación para convertirse en presidente del Eurogrupo porque “se lo merece”. “Si no, no estaría presentando mi candidatura”, según Antonio M. Vélez.
Su mayor aval, que “para el futuro que se avecina es mucho mejor” tener a un presidente del Eurogrupo que haya sido “capaz” de darle la vuelta a una situación tan complicada como la que atravesaba España cuando aterrizó en el Ministerio de Economía. Además durante su intervención De Guindos ha reconocido que su candidatura “tiene bazas” pero también apoyos y ha expresado su “respeto” por su oponente, Jerome Dijsselbloem.
Paradójicamente, y pese a que el español se muestra en la carta como un adalid de la austeridad, cierra sus nueve puntos programáticos con una propuesta para alcanzar “acuerdos organizativos” que refuercen los medios de los que dispone el presidente del foro económico. De Guindos asegurá que intentará mejorar la organización y los medios del presidente del Eurogrupo con el mínimo coste posible para el presupuesto comunitario pero insinúa que hará lo necesario (con cambios administrativos) que faciliten que el jefe del Eurogrupo pueda “tener un grado de dedicación apropiado”.
A menudo se ha barajado la posibilidad de que el cargo sea permanente, lo cual tendría sentido para el español que a finales de año abandona el gobierno de España, y este deslavazado colofón de su programa deja entrever su deseo de convertir su contrato temporal en permanente.
Sensible y atento
“Estaré atento a las diferentes sensibilidades y puntos de vista que se reúnen en esta mesa” asegura De Guindos en un guiño a la guerra que actualmente se desata en cada reunión del Eurogrupo entre halcones (defensores de la austeridad) y palomas (de políticas más relajadas, sobre todo los países periféricos). “Concentraré todas mis energías en alcanzar acuerdos que representen nuestro interés común”, zanja.
Siguiendo con su metáfora sobre la construcción -poco escaldado parece con el estallido de la burbuja del ladrillo- De Guindos dice que su primera tarea será “cementar” la posición del Eurogrupo como foro económico clave. Junto con mejorar la coordinación del foro, muy polarizado, el madrileño quiere impulsar “reformas estructurales” y garantizar la sostanibilidad de las finanzas públicas. Completar la unidad de mercado, la unión bancaria y completar la expansión de la zona del euro son otros de sus puntos programáticos.
Llama la atención que no es hasta el punto siete de esta carta de intenciones cuando se cita la vigilancia de los programas de rescate de los países del euro. Precisamente, es la extensión del rescate a Grecia la patata ardiente que se pasará con el relevo del Eurogrupo. Tampoco se puede olvidar que España sigue pendiente de devolver la mayor parte del programa de rescate, lo que llevaría a un español a vigilar el cumplimiento del rescate de su país.
También es llamativo el punto número 8, en el que se trasluce la ideología conservadora del español. Pese al canto inicial que hace a la integración y la coordinación de políticas, en este punto, titulado “Legitimidad democrática” De Guindos se compromete a defender la soberanía de los parlamentos nacionales. No parece que el ministro esté por la labor de impulsar la unión fiscal, tan demandada por una parte de la sociedad europea.
De Guindos advierte que aunque seguirá estándo vigilante sobre las finanzas públicas lo hará con medidas “que propicien el crecimiento” enfocando el gasto público a una mayor eficiencia y priorizando la “inversión productiva”. Dice que hay que seguir trabajando en los sistemas fiscales. Pero sobre todo, desliza la idea de que el próximo caballo de batalla del Eurogrupo serán los sistemas de pensiones nacionales que deberán ajustarse al envejecimiento de la población.
En su intervención en la UIMP, De Guindos ha recalcado que “España está claramente infrarrepresentada en las instituciones comunitarias y en este momento es un ejemplo dentro de la zona euro”. También se ha mostrado “convencido” de que el Partido Socialista, “como partido de gobierno que ha sido y que debería ser”, apoya su candidatura.