“Yo soy empleo”: 3.000 euros a las pymes que contraten un parado
El recorte de gasto público deja poco lugar a alardes keynesianos por parte del Gobierno. En un momento en el que muchos economistas defienden la necesidad de mejorar los incentivos públicos para dinamizar la economía, el gasto se contrae y la maquinaria del Estado se ralentiza hasta entrar casi en hibernación. Con esta perspectiva, la iniciativa privada se abre paso casi a la fuerza, para intentar ejercer algún tipo de contrapeso en las políticas de austeridad estatales.
Una iniciativa de BBVA bajo el lema “Yo soy empleo” pretende incentivar la contratación de parados con ayudas directas a pymes y autónomos. La entidad dará 3.000 euros a a cada empresa o autónomo que contrate a una persona que lleve al menos desempleada dos meses y al que haga un contrato indefinido. Si el contrato tiene como duración determinada un año, la cuantía será de 1.500 euros.
“No queremos llevar a engaño, si le va bien al país, le va bien a BBVA”, afirman fuentes de BBVA en la presentación de su proyecto. El programa, que tiene una dotación de 25 millones de euros y pretende colaborar en la creación de 10.000 empleos, depende de la dirección de Responsabilidad y Reputación Corporativa y tiene todas las características para ser considerado como gasto deducible por la entidad financiera. Si es acogido con éxito, el banco prorrogaría la iniciativa.
El principal artífice del proyecto, Antoni Ballabriga director del área, asegura que la idea surge de las necesidades que observan la red de oficinas de la entidad, la segunda más grande de España. Así, están convencidos de que una parte importante de las 800.000 pymes y autónomos que son clientes del banco podrían dar el salto a contratar a una persona si recibieran una ayuda extra. Según los datos que maneja la entidad, en 2012, el 70% de las pymes y autónomos a los que les había ido igual o mejor que en 2011 estarían dispuestas a contratar. Y su principal demanda es recibir un incentivo para dar este paso.
La aportación del banco es compatible con todo el abanico de bonificaciones e incentivos que ya hace el Ministerio de Empleo, y que por ahora no tienen mucho resultado. Ante la crítica de que la cantidad es modesta, la entidad reconoce que no esperan que alguien dé el salto a contratar solo por esta iniciativa pero que sí encuentre un soporte si ya está decidido a hacerlo.
“Es una ayuda que puede ser determinante en contratos como los de formación y el aprendizaje”, señala Ballabriga. El incentivo es aplicable a cualquier tipo de contrato, excepto a los de obra y servicio, en los que no se puede garantizar que el empleado va a estar más de un año trabajando. En el caso de la contratación parcial, el límite es que el empleado haga 20 horas a la semana.
Como requisito formal, empleado y empleador deberán tener una cuenta en BBVA. El banco asegura que no pedirá ningún requisito adicional y que esta exigencia es un mero instrumento para poder controlar los pagos, que se harán de forma trimestral. El tipo de empresa que puede optar a estos contratos es una pyme (o emprendedor) al que “le van bien las cosas”, reconoce Ballabriga.
El programa de la entidad, que no ha recibido ayudas estatales ni participa en el conocido como banco malo, se completa con otras dos patas. Un servicio gratuito de intermediación y una oferta de formación para mejorar la calidad de las empresas. El banco se ha asociado con cuatro escuelas de negocio (IE, ESADE, Deusto y San Telmo) para ofrecer por toda España cursos de formación presencial a 2.000 empresarios.
Para seleccionar los emprendedores que pueden participar en estos cursos se vigilará que hayan creado empleo en el ejercicio anterior o que hayan incrementado sus ventas. En los próximos meses, el banco redondeará el programa con fondos de capital riesgo o semilla para cofinanciar los proyectos que puedan surgir de esta iniciativa.
El banco pretende que otras empresas españolas que estén en situación de ofrecer ayudas se sumen al proyecto sumando más incentivos. La dirección comenzará a llamar a otras grandes empresas españolas para que se sumen a la iniciativa.
Otras entidades financieras han puesto en marcha iniciativas similares. La última en ser anunciada fue la de La Caixa, que promoverá un plan especial de empleo juvenil para el que ha dotado hasta 6 millones de euros. El Santander articula por ahora sus ayudas mediante becas con su convenio especial para universidades bajo el paraguas de Universia. La banca es consciente de su mala imagen en la opinión pública que en parte intentan paliar con medidas como estas.