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La masturbación, una práctica para la liberación sexual de las mujeres

Una mujer posa con el juguete erótico IDA™ Wave.

Arola Poch

Málaga —
16 de noviembre de 2022 05:00 h

Un vídeo que se hizo viral hace unos meses ponía cara a cara a personas mayores y jóvenes a hablar sobre sexo. El contraste era evidente. Desde la cantidad de parejas que habían tenido unos y otros, hasta la forma de entender el género y las relaciones era muy diferente. No sorprende que así sea, pero sí resulta interesante ver la diferencia. Sabemos que a nivel social hay en la actualidad mayor apertura a hablar de sexo, para mostrar deseo y se visibilizan otras opciones y gustos. Esto es especialmente significativo en el caso de las mujeres, que hemos sido más encorsetadas en la vivencia de nuestra sexualidad y ahora podemos vivirla de manera más libre. ¿Pero significa del todo? ¿Está ya todo hecho en cuanto a la liberación sexual femenina?

El éxito de ventas de juguetes eróticos como los succionadores de clítoris, entre ellos los de la marca de bienestar sexual LELO, es un ejemplo concreto de que la masturbación femenina ha salido del armario. Unos años antes sucedió un fenómeno similar con la trilogía erótica de novelas como Cincuenta sombras de Grey que puso sobre las manos de muchas lectoras las fantasías y, con ellas, el deseo y la excitación. Definitivamente, las mujeres también disfrutamos del sexo, los orgasmos y el placer. 

A pesar de esto, Sergio Fosela, sexólogo, sexcoach y escritor, considera que las mujeres no están realmente liberadas. “Puede darnos esa sensación, porque en la actualidad una mujer puede expresar su deseo, ligar sin esperar a ser ligada, acostarse con alguien en la primera cita, etc. sin ser juzgada por una gran parte de la sociedad. O sin ser penalizada al menos. Y aunque esto varíe dependiendo del lugar (gran ciudad o pueblo) en general es algo que puede hacer casi igual que un hombre. Pero esto no es estar liberada sexualmente. Lo confundimos con relacionarse libremente”.

¿Qué es estar liberada sexualmente?

Quizás el quid de la cuestión lo tenemos entonces en qué es estar liberada o empoderada sexualmente. Para Fosela, consiste en “responsabilizarse del propio placer, conocerse y expresar la propia sexualidad sin miedos, culpas ni vergüenza. Algo muy presente en muchas mujeres porque aunque sea libre de relacionarse y tener sexo cuándo y con quien quiera, la sexualidad no está libre de prejuicios, mitos y creencias.”

Es posible que estos prejuicios, miedos y culpas sean los responsables de que un 42,7% de mujeres, según los datos de la encuesta La sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español, se sientan entre nada y poco satisfechas con su desinhibición y comodidad durante las relaciones sexuales. O de que muchas mujeres, según se refleja en ese mismo informe, consideren que la masturbación femenina es un tema “que no debería dar vergüenza pero, sin embargo, se sigue considerando un tabú o del que da vergüenza hablar”.

¿Cómo superar los prejuicios? 

La influencia cultural poniendo en el centro de las relaciones sexuales a la penetración sigue siendo grande, cuando el orgasmo femenino tiene más que ver con la estimulación del clítoris que con la penetración (según el estudio The Gender Gap in Orgasms: Survey Data from a Mid-Sized Canadian City, las mujeres que reciben sexo oral tienen más probabilidades de llegar al orgasmo). 

Por otro lado, hay mujeres que no conocen cómo conseguir su placer y otras que siguen pensando que expresar su deseo libremente es algo que no está bien y arrastran algún tipo de culpa. Estos son algunos de los tipos de prejuicios que siguen estando presentes y tienen que ver con la falta de educación sexual. Este es el primer paso (y grande) que habría que dar. Tal y como señala Sergio Fosela “falta apoyo de las instituciones y gobierno para que toda esta educación sexual integral llegue a todos lados y por igual y las mujeres puedan desprenderse de miedos y culpa ante la expresión de su sexualidad”. 

El segundo paso tendrá que ver con explorar el propio placer para saber qué le gusta y cómo a cada mujer. Para ello, los juguetes eróticos son grandes aliados. Productos como el vibrador IDA™ Wave de la marca sueca LELO, que tiene doble estimulación para el punto G y el clítoris, ayudará a descubrir nuevas sensaciones. Consta de tecnología WaveMotion™ que simula el movimiento de los dedos para explorar el placer vaginal y la punta más grande ofrece vibraciones para el clítoris. Con motivo del Black Friday, LELO, marca especializada en objetos de placer de lujo, pone fácil esta autoexploración ya que durante todo el mes de noviembre ofrece grandes descuentos en sus productos.

Y el tercer paso consistirá en extrapolar todo esto a la sociedad para que “acepte la independencia y libertad de la sexualidad femenina y se eliminen los roles y estereotipos en torno a ella”, señala el sexólogo y sexcoach. “Cada vez menos mujeres están supeditadas al deseo, placer y comportamiento masculino, pero aún falta para que realmente nuestro placer se sitúe, también, en el centro sin prejuicios, miedos ni culpas”. 

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