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¿Tienes miedo a perder tu empleo? Todas las razones para afiliarte a un sindicato independiente

Un trabajador.

E. García

24 de febrero de 2021 05:00 h

Ya pasó en la crisis de 2008, pero se está volviendo a reiterar en este último año a raíz de la pandemia: independientemente de que el Gobierno aprobara ERTE y ayudas, muchos trabajadores por cuenta ajena tienen miedo de ser despedidos y, aunque estén viviendo situaciones antes impensables, no se atreven a denunciarlo por temor a las represalias, a quedarse en la calle. 

Aduce Sergio Reyes, auxiliar de servicios del sector de la seguridad privada, que, “precisamente por ese miedo, debemos hacer más presión desde la clase trabajadora, para que las empresas no se aprovechen de esas circunstancias, porque, muchas veces, aprovechando el desconocimiento, nos quieren meter cosas que pueden ser alegales”. 

Casos en primera persona

Él sintió que su puesto de trabajo podía peligrar, justo en medio de unos problemas personales importantes, como les pueden sobrevenir a muchos trabajadores hoy en día. Pues bien, recibió tal apoyo y atención por parte del sindicato USO que, cuando le propusieron formar parte de las listas para las elecciones sindicales, no lo dudó ni un momento. “Es un trabajo duro, pero de verdad que ver cómo la gente acaba con una sonrisa muchas veces hace que merezca la pena”.

Refiere el caso de un compañero al que, “por razones indeterminadas, a la empresa no le gustaba su forma de trabajar y le quisieron colar fin de contrato, pero, desde el sindicato, mirándolo bien, vimos que era un despido improcedente”. 

Coincide con él en la idea de que, “si no hubiera sido por el apoyo sindical, no hubiera conseguido recibir lo que legalmente le correspondía” Itahisa Torres, que llevaba un año apenas en una empresa de moda cuando la ascendieron de categoría y una de sus superiores empezó a hacerle la vida imposible. “Era muy joven y era mi primer trabajo serio, con contrato fijo. Salía llorando todos los días del trabajo, hasta que un día decidí acudir a USO, porque habían estado por mi centro de trabajo con motivo de las elecciones sindicales”. Les explicó su situación y se afilió. 

Enseguida le dijeron que no tenía que aguantar eso y convocaron una reunión con la empresa para tratar el tema, ya que ella no quería abrir el protocolo de acoso. Aunque no consiguieron que aquella persona fuera amonestada, por lo menos la trasladaron de zona y pudo trabajar tranquila. 

Por eso, explica: “poco a poco me he ido incorporando en el sindicato en todos los ámbitos y hoy en día soy integrante del equipo de trabajo de USO-Canarias.  Sin duda, venir a asesorame a USO ha cambiado mi vida y me ha hecho entrar de lleno en el mundo sindical”. 

Entre otros afiliados, ya ha ayudado a una mujer que estaba totalmente estancada y aterrorizada ante la posibilidad de actuar para salir de un caso similar al suyo: “la convencimos porque le prometimos que iríamos a todas las reuniones con ella y nunca la dejaríamos sola, pusimos un protocolo de acoso y echaron a la acosadora, con lo cual, ella recuperó su trabajo y su vida, ahora es otra persona diferente a la que entró”, celebra.

Otros muchos derechos irrenunciables

Pero el acoso laboral no es el único aspecto en el que los asesores y delegados de prevención formados por los sindicatos pueden ayudar a los que se afilien. Hay mucho trabajo sindical que hacer en el sector de los riders o en cualquier sector que trabaje de cara al público, según Sergio Reyes: “sectores en los que están haciendo falsos autónomos son ahora mismo clave, por los derechos, no solo salariales, sino también por las bajas o porque no deberían hacerse cargo de las tasas de autónomos, ya que trabajan para las compañías”.

Torres añade que los trabajadores necesitan el asesoramiento en otros derechos laborales como una excedencia, vacaciones, días que les pertenecen o cualquier pregunta, conflicto o duda. No en vano, justifica, “nos viene gente mayor que lleva toda la vida sin coger vacaciones porque la empresa le había dicho que no tenía derecho a ellas y se lo creían”.

Asegura Reyes que “los propios puestos de trabajo peligran porque muchas empresas están aprovechando para recortar el personal a la mitad, ignorar la negociación colectiva, hacer recortes salariales o denegar derechos ya negociados”. 

Ambos consultados coinciden en que, si no hay un respaldo de los sindicatos, los empleados, por sí mismos, no podrán conseguir nada: “porque no es lo mismo tirar cada uno por su lado que todos del carro en la misma dirección”. 

Ejemplifican que una empresa no quería pagarle los festivos a las trabajadoras y las animaron a hacer piña: “si todas firman que no los van a trabajar, se puede ganar; pero si 10 deciden que sí van, represaliarán a las otras 50; por eso los trabajadores necesitamos estar unidos en las organizaciones sindicales”, argumentan. 

Torres agrega que, a lo largo de este año, han denunciado que a gente que cuida ancianos o enfermos no le daban guantes o trajes de protección. Si te está pasando algo así, lee esta guía y afíliate, recomienda ella: “necesitas a alguien que te ayude, o alguien con quien hablar, porque hay cosas que desde el sindicato se pueden solucionar con un escrito”. 

Aunque no te lo creas, muchas veces no hace falta recurrir a los juzgados, los casos de incumplimiento de la legislación pueden pelearse, a veces, simplemente, con asesoramiento sindical. Pero, si hace falta, se presiona al Ministerio para garantizar el cumplimiento de otros derechos en materia de salud laboral. 

Los delegados y las presiones funcionan

La prueba de que los delegados de prevención funcionan es que, gracias a su intervención, se consiguió la entrega de los EPI frente a la pandemia o el precinto de lugares de trabajo que no cumplían con la seguridad. Uno de los más sonados fue, en los primeros días del estado de alarma, la irrupción de la Policía Nacional para precintar un call-center que no respetaba distancias ni desinfección.

Hay más ejemplos que se han logrado desde USO con negociación colectiva, incluso en tiempos de coronavirus, como mejoras en las condiciones salariales, en las condiciones mínimas de un ERTE y en las retribuciones; e incluso de otros derechos sociales, por encima de los mínimos establecidos en la regulación, como la conversión a indefinidos.

Desde el sindicato, recuerdan que se ha asesorado a trabajadores en ERTE que no habían sido incluidos (o habían sido mal incluidos) por sus empresas y, en cuanto a la tan traída y llevada conciliación familiar, se les asesora sobre qué herramientas pueden solicitarse: adaptación de jornada, cambios de turno, concreción horaria, reducción de jornada y excedencia o trabajo semipresencial, así como los procesos para pedirlos antes de llegar a la vía judicial. 

Sergio Reyes recalca que el teletrabajo tiene que estar bien regulado desde la propia empresa, ya que hay un problema serio con la desconexión digital, “pues, más allá de tu horario de ocho horas, ‘ya que estás en casa’, te están mandando mensajes, así que estás trabajando de más y no se respeta tu conciliación familiar, ni tus tiempos de ocio necesarios para una salud mental adecuada”. 

En cuanto a los interinos y opositores de la Administración pública, USO demuestra que encadenar contratos infinitos, también en las Administraciones Públicas, para un puesto estructural, es ganable, no solo haciendo manifestaciones, sino, sobre todo, en los juzgados, algo que resuelven desde sus asesorías jurídicas.

¿Desconfías de los sindicatos?

Es curioso que en una de las mayores crisis de empleo, muchos trabajadores, ante un problema laboral, no piensen en un sindicato ni confíen en él. O, también por otro prejuicio de que todos los sindicatos son iguales y que “los sindicatos están subvencionados”, todo debe ser gratis cuando acuden a uno. 

Pues bien, como ocurre con los medios de comunicación independientes, para que un sindicato sea independiente políticamente y no se case con nadie ha de financiarse con las cuotas de los afiliados. 

Ese el caso de USO, un sindicato autónomo en su financiación que da sus servicios con las cuotas de sus afiliados. Es más, entre otros motivos para afiliarse a este sindicato independiente, destaca un servicio extra como es la Caja de Resistencia y Solidaridad (CRS) para poder afrontar movilizaciones sin perder parte de tu salario.

Itahisa Torres, que entró de modo aleatorio, ofrece el argumento definitivo por el que afiliarse a USO y no a otro sindicato: “en un inicio, aterricé como podía haber aterrizado en otro, pero al ver cómo iba, me quedé por la independencia que tienen, por las personas y lo que te aportan: la ayuda que siempre te dan hacen que te quedes”. 

Por su parte, Miguel Ángel Aguado, colorimetrista de 33 años, si algo tiene claro es que estar afiliado en un sindicato es algo necesario porque nunca sabes si lo vas a necesitar en algún momento de tu vida laboral, pero, asegura, “cuando lo necesitas, ahí están para ayudarte y, lo más importante, la diferencia de llevar una reclamación con el sindicato a hacerlo por la vía particular es un ahorro de varios cientos de euros, por lo que podré quitarme de otras cosas, pero del sindicato, no. Es nuestro seguro ante los abusos de las empresas”, concluye.

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