Los críticos de Eusko Alkartasuna (EA), la formación socialdemócrata escindida del PNV en 1986 y que desde 2011 forma parte de EH Bildu, han reaparecido a escasos días de que la formación abertzale celebre en Pamplona su congreso nacional en el que incidirá en superar el marco de ser una coalición para crecer como sujeto propio. La propuesta mayoritaria dentro de EH Bildu es que desaparezcan las cuotas que se mantienen en la confección de algunas listas electorales y que existan dos órganos de dirección, uno más reducido, operativo y permanente en el que ya no estarán los líderes de Sortu, Alternatiba y EA, ya que Aralar ya se disolvió hace años. En paralelo, ya se ha conocido que el líder de Sortu, Arkaitz Rodríguez, pasará a ser el 'número tres' de Arnaldo Otegi. La 'número dos' será Sonia Jacinto y la ponencia la ha elaborado Miren Zabaleta. Los cuatro -con el ya retirado Rafael Díez Usabiaga- proceden del grupo conocido como Bateragune y acabaron encarcelados.
Este sector crítico emergió hace ya casi seis años, cuando Pello Urizar dimitió al frente de EA. Eva Blanco asumió la dirección pero encontró fuertes resistencias internas entre quienes entonces controlaban organizaciones territoriales como las de Álava, Gipuzkoa y Navarra. Maiorga Ramírez, entonces parlamentario de EH Bildu en Navarra, asumió el liderazgo de esta corriente, que siempre ha hecho gala del apoyo del primer lehendakari y fundador de EA, Carlos Garaikoetxea, así como de otros históricos. La vida de EA quedó judicializada hasta el extremo.
Este fin de semana, los críticos han esgrimido una resolución judicial favorable a sus intereses en la que se da la orden de repetir unas viejas primarias de Blanco contra Ramírez que no llegaron a celebrarse porque se anuló la segunda candidatura. Se alegó que los críticos no habían logrado el mínimo de avales en la organización minúscula de EA en Iparralde, donde el partido forma parte de otra marca, EH Bai.
La reacción de la dirección de EA ha sido inmediata. Remarcan que después de aquellas primarias ha habido dos congresos del partido que han retirado ese procedimiento de la vida interna de la formación. Ha habido, de hecho, dos congresos precisamente porque el primero, en febrero de 2022, fue recurrido también en la Justicia. Aquellas jornadas de hace tres años ofrecieron la imagen de una EA partida. Los críticos llegaron a celebrar reuniones paralelas y a elegir a una dirección paralela porque no reconocían legitimidad a Blanco, que desde hace tres legislaturas es vicepresidenta del Parlamento Vasco dentro de EH Bildu.
La ejecutiva asegura que el auto esgrimido por los críticos “choca de frente” con sentencias “firmes” que dan validez a los acuerdos de los congresos. La “participación” de toda la afiliación está garantizada en esos foros. Los críticos, de su lado, insisten en que se hurta de voz a las bases al no repetir aquellas elecciones internas. La “capacidad de autorregulación”, es decir, de acordar otro sistema, no corrige la “vulneración de derechos” de Ramírez en su momento, cuando se le excluyó de las primarias. Entienden que EA se ha declarado en “rebeldía” y recalcan que en el Supremo o en el Constitucional no están frenando las demandas de los críticos.
“Pretenden parar el reloj del tiempo donde ellos quieren, en las primarias. Pero desde 2019 han pasado más cosas. En el congreso de 2022, en el último, se respetaron todos los derechos de todos los afiliados. Nos ha causado cierta sorpresa, pero a nadie se le oculta que lo que se pretende es condicionar en la medida que puedan el congreso de EH Bildu”, analizan desde la dirección nacional.
En una lectura más política, este sector indica que “desde 2016” EA se está diluyendo paso a paso en EH Bildu. Han llegado a plantear una coalición puramente electoral, como las que en su momento se firmaban con el PNV. En aquella época, después de los comicios, PNV y EA tenían grupos parlamentarios separados, por ejemplo. Es una “disolución/absorción”, alertan. Lamentan que Blanco haya “avalado” un nuevo modelo que saca a su persona de la dirección del día a día, por ejemplo, mientras la ejectiva “entera” la va copando Sortu. “En EH Bildu el que participa lo hace como 'bilkide'. Eva Blanco no participa como secretaria general de EA sino como 'bilkide'”, replican desde EA.
Este sector crítico, que cree ser “mayoritario” aún en EA, urge a tomar decisiones pero insiste en que la deriva de EH Bildu es “reversible”. Recalcan que esta coalición aún no es “hegemónica” en la política vasca frente al PNV y precisa de una pluralidad más allá de la izquierda abertzale tradicional, incluyendo posturas socialdemócratas clásicas. Si los cambios pasan por la “identificación” de EH Bildu y Sortu, el PNV lo tendrá más “fácil”.
Los referentes críticos de EA, como Iratxe López de Aberasturi -edil en Vitoria y líder en Álava- o Mikel Goenaga -coordinador en Gipuzkoa- ya no ocupan cargos públicos u orgánicos. La única excepción son Maider Beloki y Borja Izaguirre, ediles en el Gobierno de Pamplona con Joseba Asiron. En el Parlamento Vasco, EA tiene cuatro escaños de los 27 de EH Bildu, Naiara Fernández, Lore Martínex Axpe y la propia Blanco. La portavoz de EH Bildu en el Senado es también de EA, Idurre Bideguren.