Sin sorpresas, el Parlamento Vasco ha aprobado este martes los presupuestos de 2026, con un techo de gasto de unos 17.300 millones de euros, un 10% más que en las cuentas anteriores y el máximo histórico de nunca. PNV y PSE-EE han hecho valer su mayoría absoluta y los segundos presupuestos del Gobierno de Imanol Pradales, como los primeros, no han contado con apoyo alguno entre la oposición. De hecho, la sesión ha escenificado una gran brecha con EH Bildu, que ha llegado a utlizar términos como “amiguismo”, “clientelismo” o “matonismo político”.
En el paquete aprobado se han acordado al mismo tiempo otras modificaciones legales para retocar las normativas de víctimas policiales, de cooperación y medioambientales, como ha venido adelantando este periódico. En un contexto en que Francia y España se ven incapaces de aprobar anualmente sus números, Euskadi logra ese objetivo por séptima vez consecutiva después del fiasco de 2019, justo cuando el PP se descabalgó como socio de PNV y PSE-EE tras la moción de censura de Pedro Sánchez.
La sesión presupuestaria ha sido la última de 2025 en la Cámara vasca, que ahora encara un largo parón hasta febrero. Las vacaciones navideñas se estiran aquí todo el mes de enero, que es inhábil como lo son julio y agosto. Antes del arranque, se ha guardado un minuto de silencio por el asesinato de una mujer en Barakaldo, el sexto por violencia machista en el año, y la presidenta, Bakartxo Tejeria, ha leído una declaración de condena.
Las cuentas ofrecen las mayores subidas, superiores al 6%, para Vivienda o Seguridad, fijadas como prioridades por el Ejecutivo. En ese porcentaje se cuela también la cartera de Ciencia, Universidades e Investigación, aunque en dos meses de tramitación presupuestaria no se ha modificado la partida inicial planteada por el Gobierno para la EHU a pesar de que el rector, Joxerramon Bengoetxea, ha venido clamando contra la infrafinanciación de la Universidad pública. Salud y Educación se llevan la mitad del disponible departamental, más de 8.000 millones, y las cuentas tienen una inyección extraordinaria de casi 1.000 millones con cargo a un endeudamiento extraordinario para planes extraordinarios en el marco de la denominada “alianza financiera vasca”.
¿Más cifras? Los altos cargos y asesores del Gobierno de Pradales pasarán de 480 a 497 en 2026, según los presupuestos. La renta de garantía de ingresos y los salarios de los funcionarios se revalorizarán un 2,5%, pero se congelarán las prestaciones de vivienda (PEV, PCV, Gaztelagun o Emantzipa) en 300 euros mensuales. Cuando se crearon en 2008 llegaban a los 320 euros. El 18% del total lo gestiona el PSE-EE dentro de la coalición con el PNV.
En dos meses en el Parlamento, PNV y PSE-EE han introducido enmiendas para modificar tres leyes que, con la aprobación de los presupuestos, quedan ya acordadas. Se trata de las reformas de la normativa de víctimas policiales -cuya comisión de reconocimiento de nuevos casos estaba bloqueada por problemas con los forenses-, de una moratoria en una ley ambiental para evitar un sobrecoste de 84 millones en la gestión de residuos y de un ajuste en el texto de cooperación que a última hora ha concitado el rechazado de entidades sociales. El Ejecutivo ha negado que se rompa el espíritu “pacifista” de la normativa en vigor.
Respecto de la propuesta original del Ejecutivo, apenas se han movida dos millones en partidas. PNV y PSE-EE aceptaron propuestas de la oposición (cuatro del PP, una de EH Bildu y una de Sumar) que apenas tocan el 0,01% del disponible. Asimismo, se habilitan disposiciones para gestionar la competencia de los permisos de trabajo a extranjeros y para extender las oposiciones más ágiles de plazas de difícil cobertura en Osakidetza a los hospitales.
“Euskadi va a tener presupuestos. Viendo el contexto, es excepcional. Parece que algunos quieren eso para Euskadi también”, se ha felicitado en euskera Alaitz Zabala, portavoz económica del PNV. “No son un ejercicio contable. Son una herramienta para responder a las preocupaciones de la ciudadanía”, ha señalado también. El socio minoritario, el PSE-EE, ha destacado el dato de que el 63% de los recursos son para gasto social. Ekan Rico ha criticado que fuerzas de izquierdas como EH Bildu y Sumar no se sumen a estas cuentas. Sostiene que les interesa más “el relato de confrontación” que el del acuerdo, particularmente a la coalición abertzale. También ha despejado la tesis de que haya “rodillo” porque nacionalistas y socialistas sí han accedido a apoyar seis enmiendas de otros partidos. El senador socialista Alfonso Gil ha seguido el debate desde el hemiciclo, algo a lo que tienen derecho los senadores de designación autonómica. En el palco, el presidente del PNV, Aitor Esteban, y la presidenta de los nacionalistas alaveses, Jone Berriozabal, han seguido la jornada.
El jefe de la oposición y líder de EH Bildu, Pello Otxandiano, ha seguido insistiendo en que los presupuestos no abordan las medidas estructurales precisas para hacer frente a problemas como la vivienda. “Los 20 millones del fondo social son insuficientes”, ha indicado. Como dato adicional, ha apuntado que los salarios de los jóvenes vascos deberían subir un 74% para poder acceder a un alquiler “en precios aceptables”. “Los partidos del Gobierno no pueden comparecer en el Parlamento con ese nivel de autosatisfacción. Hay que ser un poco más humildes y asumir responsabilidades”, ha insistido. Con ironía, ha señalado que quizás en el futuro sus propuestas sean atendidas, como ha ocurrido en el pasado con otras que fueron desechadas y luego aplaudidas, como los descuentos en el transporte o las ayudas familiares.
También ha pedido “valentía” ante la “asignatura pendiente” de la modernización administrativa y la regeneración democrática y ha alertado de la creciente desafección ciudadana por el “amiguismo” e incluso el “matonismo político”. Lo ha hecho citando expresamente el caso “clientelar” de Andoni Ortuzar, expresidente del PNV, que ahora ha saltado a Movistar Plus lo mismo que antes había saltado a Price Waterhouse Coopers (PwC). Antes, el PNV les había atacado por plantear reducir gastos de publicidad institucional cuando, supuestamente, la izquierda abertzale destina grandes cantidades incluso para mejorar su forma de vestir. Otxandiano ha implorado que ese tipo de cuestiones personales se dejen fuera del debate parlamentario.
Desde la bancada del PP, Álvaro Gotxi ha formulado una dura crítica a las cuentas. En el plano macroeconómico, ha asegurado que existe una “tendencia estructural” a que Euskadi crezca menos que España en los últimos años y comparado su supuesta falta de dinamismo con la de la Comunidad de Madrid, aunque no la ha mencionado expresamente. “Son ustedes más sanchistas que Sánchez”, ha ironizado igualmente Gotxi, quien ha criticado el volumen creciente de altos cargos y ha denunciado los incumplimientos del Gobierno vasco ante los avisos de la Airef.
La coalición Sumar, de la mano de Jon Hernández, procedente de IU, ha criticado que la política de ingresos en Euskadi se sustente en una reforma fiscal que comportará una caída de recaudación en 2026 de unos 335 millones, según cálculos de las tres Haciendas forales. PNV y PSE-EE la pactaron con Podemos, pero IU se opuso a ella. Ha criticado también la reforma legislativa sobre cooperación que se ha introducido vía enmienda. Vox, una vez más, ha aprovechado el debate para criticar la migración. A juicio de Amaia Martínez Grisaleña, Euskadi “exporta” jóvenes autóctonos muy preparados e “importa personas con baja cualificación”. Después, ha cerrado su discurso en euskera para felicitar la Navidad a sus señorías.
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