El clarinetista de Mauthausen
La semana pasada este diario ilustraba el homenaje de las víctimas del holocausto en la ciudad de Cáceres con una fotografía en cuyo pie figura como identificación de la misma “El clarinetista de Mauthausen”.
Era una clara referencia al alicantino Antonio Terres (1914-2006), republicano español preso en el campo de Mauthausen, donde sobrevivió gracias a que formó parte de la lúgubre orquesta organizada con reclusos por la SS y obligada a “amenizar” las ejecuciones sumarias.
Sin embargo, la fotografía, muy conocida, va más allá del protagonismo del clarinetista alicantino. La primera vez que se hizo pública fue ante el tribunal Militar Internacional de Nuremberg, en la declaración hecha el 28 de enero de 1946 (sesión de tarde) por el fotógrafo español, también preso republicano superviviente de Mauthausen, Francisco Boix.
En esta declaración Boix identifica la fotografía número 4 (tal vez 3), presentada ante el tribunal, como una “mascarada hecha con un austriaco que se había evadido”. Pronto se supo que el austríaco en cuestión era Hans Bonarewitz, un gitano (triángulo negro) que ideó escapar oculto en una de las grandes cajas de lavandería donde se depositaban los uniformes de los presos asesinados, uniformes que eran enviados a Linz para su lavado y desinfección antes de ser asignados a otro preso.
Bonarewitz logró permanecer evadido dos días, pero finalmente fue encontrado a la hora de vaciar la caja de uniformes y devuelto al campo de Mauthausen, donde fue ahorcado el 30 de julio de 1942.
Antes de ahorcarlo, los SS organizaron un desfile ante diez mil deportados presidido por la orquestina del campo, que tocaba la canción “J´attendrai”. Bonarewitz iba sobre la carreta que servía para transportar diariamente los muertos al crematorio.
Tras él iba el cajón donde había logrado escapar, con un cartel donde ponía: “Alle Vögel sind schon da”, “Todos los pájaros están de vuelta”. La fotografía, probablemente, fue tomada por Paul Ricken y la declaración de Boix se puede encontrar, traducida y literal, en el libro de Benito Bermejo El fotógrafo del horror, la historia de Francisco Boix y las fotos robadas a los SS de Mauthausen, RBA, segunda edición revisada, mayo de 2015.
Según el testimonio de Boix, cuando Bonarewitz fue colgado, “se balanceaba a causa del viento que hacía y tocaban una música muy conocida que se llama Bill Black Polca”.
La canción que tocaba la orquestina, Játtendrai (Esperaré), fue una canción francesa grabada por primera vez por Rina Ketti en 1938. Era una canción que hizo en su momento furor en Europa y que suena en la banda sonora de la película Las 13 rosas. Su estribillo dice así:
“Esperaré el día y la noche.
Esperaré siempre tu vuelta.
Esperaré, porque el pájaro que huye
viene a buscar el olvido a su nido“.
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