Galicia cerró 2024 con 438.156 hectáreas de eucalipto, 19.000 más de las consignadas un año antes en el Inventario Forestal Continuo (IFC) que este jueves ha dado a conocer un avance de sus últimos resultados. Los datos, recopilados por investigadores de las universidades de Vigo y Santiago, se dan a conocer con meses de retraso, ya que la Xunta los retenía desde primavera, que fue cuando los recibió. Ahora, ven la luz pública prácticamente treinta días después de que Medio Rural decidiese “flexibilizar” la moratoria que impedía nuevas plantaciones de esta especie, pese a que se superen en un diez por ciento las 400.000 hectáreas fijadas como objetivo para 2040 en el Plan Forestal autonómico.
La cifra supone un 6% más de superficie eucaliptal con respecto a 2022 –413.086 hectáreas– y una subida del 4,6% sobre el último balance conocido, el de 2023, cuando se recontaron 419.051. Mientras, los pinos, que ganaron casi 18.000 hectáreas en el ejercicio anterior, los últimos doce meses apenas aumentaron 250 (0,1%). Al cierre de 2024, la extensión ocupada por los pinares era de 446.897 hectáreas con lo que, si se mantiene esta progresión, serán superados por los eucaliptales en el próximo balance. Sobre todo, si se tiene en cuenta que una de las dos modificaciones de la moratoria permitirá a los propietarios sustituir los pinos afectados por la enfermedad de la banda marrón por nuevos ejemplares de eucaliptos. La otra abre la mano a nuevas plantaciones de eucaliptos para sustituir las masas arbóreas degradadas. La medida, incluida en la Ley de Acompañamiento de los presupuestos, entrará en vigor el uno de enero de 2026 y se extenderá hasta 2030.
El “tsunami” del eucalipto
El origen de estas nuevas extensiones de eucaliptal es muy variado, según los responsables del IFC. Estiman que una parte importante pertenece a los árboles plantados en 2020 y 2021, antes de la entrada en vigor de la moratoria –en junio de ese año– y que ya han crecido lo suficiente para ser detectados por los instrumentos de medición, en un proceso de doble verificación: se contabiliza y se comprueba a lo largo de un período de 36 meses. Ese es el motivo por el que los investigadores habían defendido prolongar la moratoria durante más tiempo, para poder comprobar realmente cuál era su efecto sobre el territorio.
“Por tanto, no debería entenderse que entre 2023 y 2024 se plantó la diferencia entre 419.000 y 438.000 hectáreas”, expuso Juan Picos, investigador de la Universidade de Vigo. “No plantamos 19.000 hectáreas: detectamos esas 19.000 hectáreas”. Este profesor de la Escola de Enxeñería Forestal de Pontevedra utilizó un tsunami como metáfora para explicarlo de forma más gráfica: “Cuando tenemos un tsunami en la costa de Japón a lo mejor hasta dentro de tres días no llega a la costa de Estados Unidos. ¿Es un tsunami distinto? No, es el mismo tsunami: nos llega la ola en el momento en el que podemos percibirla”.
El terreno ganado por el eucalipto en 2024 supone la práctica totalidad del incremento de la extensión del monte gallego, que en esta actualización crece en 20.000 hectáreas para alcanzar un total de 1.521.318, más de la mitad de la superficie de la comunidad autónoma. Las frondosas –excluído el propio eucalipto–, con 631.012 y un pequeño crecimiento de dos mil hectáreas, siguen siendo la especie más abundante.