La jueza ve indicios de que dos policías de Ourense mataron a un compañero tras robar armas en comisaría

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense considera que existen indicios para concluir que los agentes de la Policía Nacional en Ourense mataron de un tiro en la cabeza a un compañero en abril de 2016 después de robar armas en el búnker de la comisaría ourensana. Cree que modificaron la escena del crimen para que pareciese un suicidio.

La jueza expone estas conclusiones en el auto con el que cierra la instrucción sobre la sustracción de armas y la muerte de un agente de la comisaría de la Policía Nacional de Ourense. Siete años después de los hechos, deriva la causa para la apertura de un juicio ante tribunal de jurado. Contra su decisión cabe recurso.

Para la jueza, los dos agentes investigados, hermanos gemelos, “podrían ser autores de un delito de asesinato u homicidio y de un robo con fuerza”. De las diligencias practicadas, asegura, se “desprenden indicios” de que ambos, “de forma conjunta y planificada”, sustrajeron seis armas del interior del búnker de la comisaría. Cuando estaban siendo investigados por ello y “con el objetivo de conseguir impunidad”, continúa la magistrada, “hicieron uso de una de ellas para propinarle un disparo en la cabeza a su compañero”, al que atribuyeron el envío de anónimos a la comisaría y la sustracción de las armas del búnker.

Además, el auto recoge que la víctima y los dos investigados, que desempeñaban funciones de importancia en la comisaría, mantenían una relación de amistad y compartían su afición por el tiro. El estatus de los investigados cambió con la llegada de un nuevo comisario y “se vieron desplazados” por otros compañeros policías, por lo que “fueron trasladados de su puesto de trabajo y privados del uso de la galería de tiro”, continúa el auto.

La jueza cree que los dos hermanos “se sintieron menoscabados profesionalmente” y, al verse privados de todo ello, “trataron de perjudicar a los compañeros con los que tenían rivalidad profesional” y a los mandos policiales “por retirarles partes de las funciones”. Por su parte, el fallecido “quería mejorar en su profesión” y aspiraba al puesto de armero de la comisaría.

La jueza traslada que, para conseguir su objetivo, los dos hermanos “urdieron un plan que el fallecido conocía”, con el que “crearon rastros falsos de acceso a datos reservados con claves de otros policías para perjudicar los titulares” y, además, “accedieron al búnker sin autorización para llevarse seis armas y enviaron escritos anónimos a la unidad de Asuntos Internos”. Todo esto fue atribuido por los gemelos “otros policías”.

Con todo, subraya que tras iniciarse la investigación en abril de 2016, la misma apuntó como autores a los dos hermanos, quienes, “temerosos de que su compañero terminase por confesar, prepararon su muerte”. Para “evitar la investigación, trataron de simular un suicidio” mediante “la realización de un único disparo, la colocación del arma sobre la mano del fallecido” y “manipulando el lugar en el que se produjo la muerte”. También, de acuerdo con el auto, enviaron un correo electrónico desde el mail del fallecido en el que este se atribuía la autoría de los anónimos y de la sustracción de las armas“.

Sobre este caso Fiscalía pidió en varias ocasiones el sobreseimiento al estimar que se trata de un suicidio. Ahora la jueza del Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense ordena la transformación de las actuaciones en procedimiento para ser enjuiciado por el Tribunal del Jurado.